La pregunta deriva de las declaraciones vertidas públicamente por del señor Presidente de la Cámara de Senadores, al referirse a las versiones del señor Ministro de Salud, quien lamentablemente como varios protagonistas de la vida política en los últimos tiempos de la historia de nuestro país, no había sido informado de qué cosas tiene que decir y que otras no, en esta “involuntariedad” se le ocurrió exteriorizar ciertos aspectos que habían estado legalmente prohibidos; y dijo: “El señor Ministro de Salud, debe pedir disculpas públicamente al Magistrado del Tribunal Constitucional, (que se encuentra sometido a proceso “judicial”, dentro del Órgano Legislativo), por haber revelado una prohibición médico-profesional…”; concretamente había manifestado que dicho Magistrado a la fecha padece de sida, Síndrome de Inmune-deficiencia Adquirida. Lo que en los hechos constituye violar el secreto profesional taxativamente determinado en la Ley 3729, y en honor de aquél médico griego de la antigüedad, sagradamente comprometido para resguardar y respetar la confidencialidad, mediante el juramento hipocrático, que a esta vez resultó completamente hipócrita.
¿Acaso, entre el paquete de los últimos grandes cambios en el país, se tenía este secreto, que presuntamente se le escapó al Señor Presidente de la Cámara Alta, y que no pudo contenerlo hasta su oportunidad?, ¿Que como en el presente, solo acudiendo a la voluntad de los autores de la comisión de graves faltas o delitos, mediante una simple disculpa pública se puedan borrar atentados a libertades y derechos ciudadanos? De ser así, sería un gran avance científico social en el campo del derecho penal, porque los reos mediante una disculpa pública, se beneficiarán con esta excepción a la irretroactividad de la ley en materia penal, y que su pena habría quedado completamente convalidada.!!!, quedando en libertad de la condena impuesta judicialmente, para reintegrarse a la sociedad con nuevos buenos o malos conocimientos en sus comportamientos. Gracias a dicho adelanto jurídico, pronto veremos que las penitenciarías quedarán vacías y con menos carga estatal, no olvidemos que mantener un día a un reo en las penitenciarías, significa un costo para el Estado; y nuestros colegas penalistas tendrán que cambiar su especialidad y dedicarse a otros campos de derechos, porque bajo esta nueva modalidad de pedir disculpas para evitar sanciones penales, carecerán de clientes.
Bien por los hermanos reos del país, pero tal vez malo porque se está atentando contra la dignidad y los derechos propios de las persona que se encuentran protegidos por tratados y convenios internacionales; No se trata de dar fin a un simple ser viviente, como ocurrió con el mejor amigo del hombre en Achacachi, que lamentablemente por pertenecer a otra especie de seres vivos, no tuvo voz propia para demandar esos agravios; contrariamente se trata de respetar la dignidad de personas, aunque se dice que en política todo vale para mantenerse vigente; lo peor será que nuevamente nuestra justicia será motivo de severos cuestionamientos en este proceso de permanentes cirugías sin suerte, con la intención de reavivarla de su estado de coma latente, aunque posteriormente se diga que la operación salió muy bien, solo que lamentablemente el paciente habría fallecido, hablando de la justicia boliviana.
(*) Abogado
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