Definitivamente, este 2014 no ha sido el año del Tribunal Supremo Electoral (TSE), máximo ente del Órgano Electoral. Tras la aprobación de la CPE en 2009, es elevado a rango de Órgano del Estado y se encuentra en la misma jerarquía que el Legislativo, Ejecutivo, Judicial y Electoral.
Actualmente, el TSE es objeto de cuestionamiento por parte de oficialistas, opositores y de la ciudadanía en general puesto que su actuar no refleja lo que la gente quiere y pide: administración transparente de los procesos electorales con reglas claras para todos y con normas electorales que sean dadas con anticipación y no al calor del momento.
El TSE no se parece en nada a la Corte Nacional Electoral (CNE) que administró procesos electorales de manera transparente desde 1991 hasta 2005, en donde nadie se quejaba de la administración de los comicios, y mucho menos de los resultados, puesto que eran los que exactamente reflejaban la voluntad popular. La Corte de 1991 fue producto del gran acuerdo político al cual habían llegado todos los partidos para nombrar “notables” en vez de militantes de partidos como vocales, luego del desastre en la administración de las Elecciones Generales de 1989 donde la “Banda de los Cuatro” había escamoteado la voluntad popular.
El TSE de 2014, no entregó anticipadamente el Padrón Electoral (que se supone es de dominio público o, más bien, debería serlo); no publicó la lista de los candidatos habilitados a las Elecciones; no otorgó las papeletas de sufragio a los partidos y a los ciudadanos para su conocimiento (que deben ir con el sello “no válido”, como siempre lo fue); el cómputo dejó mucho que desear, además del Estado “Plurinominal” en la papeleta.
Para las Elecciones 2015, el TSE nuevamente se encuentra en el ojo de la tormenta ya que con una Circular de Presidencia inhabilita a todos los candidatos que hayan ocupado cargos de diputados y senadores en la gestión 2010-2015, utilizando criterios como el del domicilio para justificar dicha disposición.
Los diputados y senadores son elegidos por el voto popular a lo largo y ancho del país, y esas regiones de donde provienen son sus domicilios reales. Debido al cargo, deben ir a sesionar a la ciudad de La Paz, que se convierte en su domicilio laboral, pero nunca han abandonado el domicilio real (que son las regiones donde han sido elegidos) ya que las brigadas parlamentarias se conforman en cada uno de los departamentos, y toman determinaciones en sus propias regiones, por lo que no existe criterio de inhabilitación.
De igual manera, esto pudo haberse aplicado a los candidatos a la reelección en las Elecciones de octubre, pero el TSE no lo determinó así, sino que lo hace ahora para 2015. El tema es que dicha Circular entra en vigencia a menos de diez días de la inscripción de candidatos, que es este 29 de diciembre, y el TSE ni siquiera la emite con una anticipación prudente.
(*) Abogado. Twitter: @paulcoca
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