Miercoles 24 de diciembre de 2014
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Ahora que el Obama-care (que es más que Usaid) se ha hecho cargo de Cuba, que el ALBA está en terapia intensiva, que las FARC abandonan la guerrilla y cambian de rubro, quizá sea oportuno que el Gobierno boliviano piense en mejorar su círculo de amistades.
Deberá, para comenzar, pedir disculpas a los presidentes de la Alianza del Pacífico por haberles llamado “lacayos del imperialismo”. No sé si valga la pena decir que quien pronunció la ofensa estaba fuera de sí o bajo el efecto de emociones producidas por agentes químicos, pero algo habrá que decir.
Nunca se había dado antes, pero quizá convenga pedir disculpas públicas, diciendo que se trató de un malentendido. Tendría que ser hecho a través de la OEA, porque la ofensa estuvo dirigida contra cinco países de la región. Fue una ofensa mayorista; corresponde una disculpa también mayorista.
También será conveniente enviar una disculpa al presidente de México. Eso de que se trata de un estado fallido porque ha sido superado por la presencia de actividades del narcotráfico es, para decir lo menos, un mal cálculo. Alguien que tenga el techo de vidrio no tendría que arrojar piedras al techo del vecino.