Se están dando situaciones emergentes muy interesantes en materia de las relaciones internacionales, el reciente ejemplo que surgió en EE.UU. con el caso de Cuba y en lo que a Bolivia atañe la propuesta diplomática formulada por nuestro Canciller, palabra oficial, para encaminar un encuentro de alto nivel entre los dos mandatarios, Morales y Obama, como paso previo a la reapertura de embajadas cerradas desde el año 2008.
El jefe de la diplomacia boliviana reveló que se ha producido algún acercamiento positivo formulando la sugerencia boliviana de trabajar en la organización de una reunión del más alto nivel para concretar un encuentro oficial entre los dos mandatarios e intercambiar una agenda de mutuo conocimiento que contemple las posiciones más sinceras de los gobernantes.
En materia diplomática hay una serie de pasos que deben cumplirse para llegar al “encuentro cumbre”, primero reuniones entre vicecancilleres, luego entre los jefes de relaciones exteriores de las dos naciones y finalmente la reunión que permita un diálogo oficial de los superiores en función de gobierno, para definir las estrategias del restablecimiento de relaciones.
El tema da para varios meses, quien sabe muchos más del semestre, aunque en ese tiempo se mantendrán los contactos comerciales, como sucede al presente, pero sin rango diplomático reconocido.
De momento el encargado de negocios de EE. UU. que es representante de su país ante el nuestro, mostró beneplácito por el anuncio del Canciller boliviano con miras a reencaminar las relaciones Bolivia – EE. UU., señalando además que “Washington tiene marcado interés de mejorar la agenda diplomática con La Paz”. Añadió que su misión en el país está vinculada con “el establecimiento de una relación de confianza”.
Con los hechos del 2008, cuando se expulsó al embajador norteamericano de Bolivia y sucedió lo mismo con el diplomático boliviano, las relaciones se han mantenido estrictamente en el plano comercial, empero la economía de un importante sector comercial de nuestro país sufre las contingencias de la suspensión del Atpdea, que nos permitía exportar importantes cantidades de mercadería, especialmente textiles favorecidos por el “arancel cero”, lo que se cortó y no puede reemplazarse en ningún mercado externo.
En este caso y sin temor a equivocación, sopesando la situación real de lo que ocurre, es nuestro país el que lleva la parte negativa de las relaciones diplomáticas interrumpidas, razón suficiente para que nuestra cancillería apure el tema de alcanzar un restablecimiento de relaciones con los EE.UU.
En el tiempo actual y en función a cómo evolucionan ciertos aspectos de las relaciones internacionales, corresponde asumir responsablemente un criterio más próximo a los “fines de amistad, integración y solidaridad, bajo preceptos muy concretos que establezcan relaciones de confianza y de mutuo respeto”.
Está vigente un “tratado de entendimiento” que data de noviembre del 2011 en el que se han planteado las bases de una nueva relación bilateral que proyecta acciones eficaces de cooperación contra la producción y tráfico ilícito de estupefacientes, fortalecimiento de las relaciones comerciales, conformación de una comisión técnica para mejorar la cooperación judicial que incluya el tratamiento de la extradición de un exmandatario boliviano, puntos que están consignados en una agenda preliminar que seguramente será pulida en los niveles diplomáticos para alcanzar el objetivo de reencaminar negociaciones dirigidas a restablecer las relaciones entre nuestro país y EE.UU.
Fuente: LA PATRIA
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