Ante las próximas elecciones se han puesto en movimiento las organizaciones ciudadanas para organizar frentes o alianzas, en ciertos casos seguramente con algunos partidos políticos, instituciones estas últimas que han disminuido en relación a las otras de más fácil vigencia para propósitos de intereses electoralistas.
Lo evidente es que muchas personas a título de “querer trabajar por su región” buscan acomodarse al principio de las listas de candidatos en organizaciones ciudadanas afines a ciertos principios de actividad comunitaria, aunque no sean exactamente entidades de proyección política, con fines y objetivos de alcance nacional, con principios ideológicos y programas alternativos estructurados en los lineamientos de la derecha, ahora de moda el centro o la izquierda, con una variante optimista de centro izquierda que se atribuyen líderes de partidos que todavía sobreviven.
Las apreciaciones así observadas por algunos politólogos muestran en éste nuevo proceso electoral, una búsqueda infructuosa de líderes jóvenes para la renovación de los cuadros políticos y los resultados lamentablemente muestran tanto en el oficialismo como en la oposición que existe carencia de figuras que logren el aval ciudadano para convertirse en representantes ideales de las bases populares.
La confrontación electoral del año próximo tiene otras motivaciones, en este caso más departamentales por las gobernaciones e inclusive más citadinas por el lado de las alcaldías a diferencia de intereses regionalistas de la búsqueda del poder central, que ya está definido pero que necesitará afirmarse aún más con resultados a su favor en los comicios subnacionales.
Como se observan los aprestos pre electorales, las cosas van por caminos ambivalentes, sin estructuración partidaria y más bien con prevalencia de grupos diseminados al calor y entusiasmo de ciertos movimientos cívicos o vecinales, pero sin candidatos reconocidos por liderazgo o trabajos a favor de la comunidad.
El partido gobernante está recurriendo a ratificar a varias autoridades como nuevos candidatos, en algunos casos puede significar una solución práctica ante la confusión de la oposición, pero en otras circunstancias puede generar reacciones de los sectores sociales de rechazo a personas que no han cumplido los programas ofertados y tampoco escucharon al soberano.
Las corrientes opositoras tienen pocas probabilidades de enfrentar las actuales circunstancias de desánimo, ante la imposición de candidatos, si no estructuran listas integradas por candidatos con cierto reconocimiento institucional y una hoja de méritos que garanticen su trabajo al frente de los organismos departamentales, respaldados por programas de estrategia muy clara para cumplir objetivos de desarrollo y no simplemente programas de maquillaje.
Hasta fin de mes deben definirse las listas de candidatos que se lanzarán luego en abierta campaña electoral. Las listas en ésta ocasión serán complejas, tomando en cuenta que además de los candidatos de “cabeza”, es decir los que pugnarán por la conducción directa de las instituciones, tendrá que haber postulantes a la Asamblea Legislativa Departamental y otros tantos a los Concejos Municipales.
Hay una difícil alternativa que deben sopesar los partidos y las organizaciones ciudadanas, pues si existen postulantes con cierto respaldo de organizaciones de base, otros serán resistidos en diversos frentes, por lo mismo no se garantiza el éxito de una lista con perfiles diferentes y en muchos casos con estigmas en su relación con la comunidad.
La búsqueda de candidatos es compleja, no hay líderes claros, tampoco políticos reconocidos por méritos de servicio y confiabilidad personal. El electorado está muy confundido y los candidatos no menos.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.