Miercoles 17 de diciembre de 2014
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El oro que es explotado en Perú por la “minería ilegal” es traído a Bolivia, donde se legaliza al pasar a manos de las todopoderosas “cooperativas”, que no cumplen las leyes ni pagan impuestos.
Dice André Brossard, exsecretario general de Interpol, que para combatir un ilícito que atraviesa fronteras, la actividad en cuestión debe ser definida como delito al menos por dos Estados, ya sea por tratados, convenciones o leyes nacionales similares.
En este caso es justito al revés: lo que es delito en Perú es legal en Bolivia y eso ha provocado el milagro de que 35 toneladas de oro peruano hayan sido exportadas a Estados Unidos como oro boliviano.
Es decir que esa carga ha burlado las leyes peruanas al escudarse en el reino de la ilegalidad que es Bolivia; en el paraíso tributario que es Bolivia.
El oro peruano no puede ser comercializado en ese país porque fue extraído por empresas ilegales que no pagan impuestos ni cuidan el medio ambiente. Cuando ese oro ingresa en Bolivia, ha entrado en un paraíso donde no se respetan las leyes ni se pagan impuestos.