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Domingo 07 de diciembre de 2014

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Cultural El Duende

Rosario Quiroga de Urquieta: “Gredas y piedra”

07 dic 2014

La colección de cuentos Gredas y piedra (2014), de Rosario Quiroga de Urquieta, está dividida en tres partes, cada una hilvanada en torno a un núcleo temático. La primera sección, que tiene como subtítulo, “Homenaje al bicentenario,” son cuentos históricos. “La voz de la memoria” es un texto de naturaleza panegírica, laudatorio del protomártir de la independencia, Alejo Calatayud. En cambio, “La bestia se muerde la cola” devela la compleja y muchas veces conflictiva relación entre el Estado y la población sobre la que ejerce su poder. Estos cuentos nos hacen reflexionar sobre la dificultad de escribir cuentos históricos. En breves páginas ambos cuentos dejan constancia de eventos ocurridos en varios siglos. El primero ficcionaliza las ansias de libertad desde los tiempos de la colonia y el segundo se basa en las injusticia cometidas por el Estado contra su pueblo. Si bien la polifonía de voces que se eleva a través de los tiempos confiere una cualidad épica a estos cuentos, dichos relatos carecen de la tensión propia de los cuentos bien logrados. Los cuentos históricos de Rosario Quiroga, en los que la ficción y el ensayo se amalgaman, reflejan más que todo el patriotismo de la autora, mas no así su excelencia literaria, excelencia que ella despliega en las otras dos partes de Gredas y piedra.

La segunda parte, titulada “De otros vértices,” consta de cuatro cuentos en los que la apariencia exterior se opone dialécticamente con el fuero interior de los y las protagonistas. “Otro era el difunto” se basa en los actos rituales propios del Día de Todos los Santos, los que son propicios para conjugar las creencias populares y la religión. La secuencia de esos actos solemnes es interrumpida por una voz enérgica y decidida, grito inesperado que fuerza a los lectores y lectoras a desconstruir tanto las convenciones sociales como las prácticas religiosas articuladas en este cuento. El siguiente relato, “Un giro de ilusión” toma la forma de un diálogo entre dos hermanas, estrategia destinada a calar hondo en la psicología de una de las hermanas, quien revela que ha sido violada y que ahora está embarazada. La voz narrativa misma nos da la clave para interpretar este cuento. Ella dice: “El mundo cerebral de cada persona es un misterio impenetrable, a veces incoherente.” En efecto, a través de la lectura se va penetrando en ese misterio hecho de cuerpo y alma, no en el sentido religioso, sino en la psicología del personaje que se hace carne. El desenlace torna a este cuento en literatura fantástica, la que surge, imprevistamente, de la materialidad del cuerpo femenino. Laudable es también el uso del espacio. En este caso, la perfección de la fachada de la casa contrasta con el desorden que predomina en su interior, dialéctica que refuerza el tema de este excelente cuento. El tercer cuento de esta parte, aptamente titulado, “El psicoanálisis,” recurre al mismo tema literario de la feliz y despreocupada fachada del personaje, la que encubre un interior traumático. El argumento parte del viernes de soltero, el ritual de tres oficinistas en el que el tabaco, el alcohol y el sexo con prostitutas devienen prácticas recurrentes, como lo son también las sesiones que el líder de este grupo tiene con su psicoanalista, un medio eficaz que permite poner al descubierto el origen del momento traumático de este personaje. Este cuento también revela la misoginia de la teoría del psicoanálisis tradicional. El último cuento de esta parte, titulado “El penúltimo recuerdo,” se basa en los lazos de familia de dos hermanas. Como en los otros cuentos de esta parte, la trama aquí también se construye con las apariencias, con aquello que no es, pero que repercute en lo que es. En este caso, la infidelidad, el engaño y la envidia son los vértices de un triángulo amoroso de sospechosa familiaridad.

La tercera parte, encabezada por el subtítulo “De cables cruzados,” comprende dos cuentos cuyo eje temático es el cuerpo. Así, “Ardiente sol” tiene como referente el cuerpo, materialidad que produce “una provocación excitante, sensorial, sensual, erótica.” Apropiadamente la intensidad del calor del sol incrementa el deseo, titileo sensorial que se resuelve en un inesperado e irónico desenlace. El último cuento de esta colección, “A matar al imperfecto” tiene como fundamento la demanda masculina de que la mujer posea un cuerpo perfecto. La acción tiene lugar en un taxi, donde una mujer habla de matar y el taxista intenta de disuadirla de su intento. Si bien el argumento ahonda en los imperativos culturales impuestos a la mujer, lo imprevisto del desenlace está fundado más en las connotaciones semánticas de las palabras que en la consecuencia de los hechos.

Es indispensable precisar que en esta colección de cuentos, Rosario Quiroga de Urquieta crea personajes femeninos que son tanto el objeto del deseo masculino como sujetos que desean, personajes que están muy conscientes de su entorno, atrapadas en una situación paradojal, entre ser “la reina de la casa,” con todas las obligaciones domésticas que este título conlleva, a la vez de ostentar “aires de mujer liberada,” pero que, en último análisis, como dice la protagonista de “Ardiente sol,” “la cosa sigue igual no más.” En suma, en estos cuentos Rosario Quiroga de Urquieta no solo hace gala de su imaginación creativa, sino que lo hace teniendo muy en cuenta su condición de mujer en la sociedad boliviana.

Willy Oscar Muñoz. Miembro de PEN Cochabamba.

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