No hay de estos países. ¿O si? Todos los regímenes totalitarios amenazan, rezan, ruegan y patalean para poder ser los únicos que “hagan” política. Algunos hasta meten a la cárcel a los opositores que “hacen” política. Todo, con tal de no ser molestados por quienes “hacen” política. Así que los médicos, a curar, los zapateros a remendar zapatos, los cocineros a cocinar, los maestros … ah, bueno, ellos, a adoctrinar, los choferes a conducir, …los arquitectos a construir, con una buena dosis de mala educación (y atención: solo los mandamases pueden ser maleducados. Los demás no. Tienen que arrodillarse ante el poder) …en fin.
Mi compadre Choque, con el juego de palabras que le caracteriza, dice que eso no es “democracia”, que es, más bien, “cualquiercracia” y que por lo tanto vivimos en un país autodenominado multiplurinomilingüe (ojo, sin alusiones de ninguna clase) con un régimen político que puede ser catalogado como “cualquiercracia” tirando a “dictadorcracia” con una buena dosis de autocensura en el caso de la prensa (que además ha sido cuasi copada por el régimen de turno), censos, estudios, estadísticas e informes “a medida” y “hartas” denuncias de fraude, corrupción, amenazas, juicios (¿sin justicia?) exilios, narcotráfico creciente, etc. a las que nadie presta atención.
Ese es el común denominador de los regímenes a los que no les gustan las ideas diferentes, dice…y que no pueden sustentar las propias, obviamente. Por eso no debaten. No podrían. Así se explica que solo los “iluminés”, que han leído las tapas de dos libros o los que dizque leyeron un millón, pueden “hacer” política (otra vez, dice mi compadre, que aclare que esto va sin alusiones personales).
Todos “hacemos” política. De una u otra forma. Por eso el “hacer” política debía ser también un Derecho Humano. Es una aberración decir que nadie puede “hacer” política. El pregonar no “hacer” política, tiene mucha similitud con aquello de no enseñar a leer, que solía ser una opinión generalizada en un pasado no muy lejano. O que las mujeres no puedan ejercer su derecho al voto (ahora suena a herejía), o no puedan estudiar (todavía hay países con esa opinión…y países muy “amigos” de aquellos que opinan que el pueblo no debe “hacer” política). ¡Caramba! ¡Y lo dicen públicamente, sin ruborizarse. Como hacía, o hace, Fidel.
Hay que reconocer, sin embargo, que los que están de turno, en esos países inexistentes, saben “hacer” política. Por lo menos hasta ahora. Habrá que ver lo que pasa cuando llegue la época de las vacas flacas. Mientras tanto, la definición de Marco Aurelio Almazán –según mi compadre Choque- llega “al pelo” (Así habla pues mi compadre). Almazán decía que "La política es el arte de impedir que la gente se meta en lo que sí le importa". Y yo le digo que sí a mi compadre, pero le lanzo esta cita de Abraham Lincoln: "Se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo".
Hablando de citas, responde mi compadre que es muy “letrado”, trae a colación lo que dijo Robert Louis Stevenson: "La política es quizá la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación".
Ahí, me dejó calladito, como cuadro en una pared (cita de mi consuegro).
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