La escuela incluyente, un paso a la transformación social
04 dic 2014
Margot Wilda Miranda Vargas
LA ESCUELA: ESPACIO DE CONTINUIDAD DE COLONIALIDAD Y EXCLUSIÓN
La expulsión de un estudiante por indisciplina, falta de respeto, denota práctica de sometimiento incuestionable; no refleja las capacidades reales de las diferentes dimensiones de la personalidad del estudiante, menos de los logros alcanzados, siendo que es competencia de nosotros los profesores indagar las razones de su conducta o bajo rendimiento y motivarlo a mejorar.
Estas acciones que se las ensalzan y naturalizan, en muchos establecimientos a título de disciplina, de prestigio y demanda de matrícula por parte de padres y madres, que consideran brindar a sus hijos "buena educación"
El excesivo ejercicio de poder por parte de los profesores, en actitudes, como son la imposición de su forma de pensar, la humillación, la devaluación, la selectiva exclusión, con una visión homogenizante de los estudiantes, preparándolos, quizá inconscientemente, para mantener la dependencia social y cultural.
La situación del padre y de la madre que no cuentan con trabajo y migrantes debe llevarnos a analizar la acción de los estudiantes y ayudarlos. Las condiciones de pobreza de las familias son elementos que se suman como perjudiciales y negativos al determinar la expulsión.
En nuestra sociedad, es un privilegio, contar con una fuente laboral, categoriza a las personas, en el caso que los padres de estudiantes que no cumplen las expectativas de la escuela, se devalúan, ante sus autoridades cuando no acceden a un trabajo estable; por ello los hijos de desempleados, son discriminados en las escuelas, llegando al extremo de privarles el derecho a la educación.
La escuela tiene mucha importancia en la sociedad, desde las estructuras gubernamentales; marca el acontecer de la dinámica social, se observa en gran parte que está influenciada desde sus inicios hasta ahora, por prácticas, que devalúan la identidad de todos quienes asisten a ella; contribuye a la desestructuración de los pueblos indígenas, en un proceso de desclasamiento, valorando lo científico-racional, que posibilita la continuidad del modelo capitalista; desde su organización jerárquica, la implementación de currículos foráneos, la persistente discriminación y el ejercicio de violencia inhumana que prioriza lo masculino ante lo femenino, pareciera que la escuela se detuvo en el tiempo.
LA ESCUELA: UN ESPACIO INCLUYENTE Y DE TRANSFORMACIÓN
Como profesores/as se nos plantea un gran desafío, no podemos seguir sirviendo de instrumento para la continuidad de la injusticia, es urgente que en nuestra sociedad la escuela, en cada espacio y cada momento debe asumir el desafío de confrontar la realidad opresora, que persiste. Como el profesor y su verdad absoluta, su autoridad inapelable; tenemos que reconceptualizar el significado de educación desde la escuela, dejar las clases memorísticas, los contenidos inservibles que solo permitieron aletargarnos; dejar de ejercer todo tipo de violencia, debemos orientar y potenciar en los estudiantes la capacidad de análisis, crítica propositiva y creadora en un cuestionamiento permanente de la realidad, enseñarles a no aceptar nada como incambiable.
Empezando por el reconocimiento y la valoración de lo nuestro, saberes, idiomas, identidades, capacidades, producciones, culturas; fomentando las prácticas comunitarias con solidaridad y respeto por los demás y por la naturaleza. Convirtiéndonos junto a los estudiantes en elementos que cambien la sociedad establecida; quizá no sea sencillo, pero es comprometernos desde las aulas, con actitud incluyente, así lograremos la transformación del país.
En el papel importante que cumplimos corno profesores desde el aula; que puede ser, tristemente colonizante y degradante del ser humano; o asumir con decisión y valentía el reto de ser un educador capaz de transitar desde la obediencia jerarquizada , en instructivos y circulares; hacia una práctica ética, para revertir acciones de injusticia; que responda a las demandas emergentes de la sociedad, cansada de imposiciones arbitrarias supuestamente reivindicadoras, convertirnos en profesores que luchemos, comprometidamente y apostar por la transformación de la sociedad, contribuyendo con tenacidad para hacerla más justa y humana.
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