Son 13 años de ostentar el título de Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad y no hacemos nada por mejorar el Carnaval, signo de total inoperancia de lo cual nos lamentamos cada año.
Dos ciudadanos, recientemente, entregaron sus aportes literarios sobre el Antruejo, siendo primeros peldaños de las muchas tareas que ya deberían realizarse desde el momento en que la Unesco entregó la distinción.
No debemos olvidar que en 1991, a iniciativa del directorio de la Fraternidad Artística y Cultural La Diablada, presidida por el señor Paul Miranda Castellón, se llevó adelante una mesa redonda en el set del entonces canal televisivo de los hermanos Arévalo (calle Junín, 6 de Octubre y Soria Galvarro), con la presencia del periodista Manuel Rojas, residente en Estocolmo, Alberto Guerra Gutiérrez, Edwin Guzmán y Elías Delgado Morales, quienes hicieron un análisis sobre la necesidad de obtener un galardón universal, porque la fiesta vernacular orureña, causó impacto en varias naciones del mundo.
De acuerdo a documentación existente, esa fue la ocasión para arrancar el proceso destinado a conseguir la declaratoria, siendo lo maravilloso de las danzas, un sólido argumento para ser patrimonio, circunstancia que tomó en cuenta el organismo internacional, asignándonos obligaciones que signifiquen mejorar el Carnaval de Oruro.
Una de las primeras tareas es financiar y construir una avenida transversal para llegar al Santuario del Socavón, garantizando un buen desplazamiento de bailarines y músicos en medio de un marco humano, correctamente ubicado en la ruta. Al respecto, en la gestión prefectural del Dr. Carlos Börth, se tenía preparado el proyecto para ejecutar la obra como escenario de la “Entrada”.
En todo este tiempo de la designación, también ya tenía que contarse con cinco museos costumbristas, donde esté reflejado el acontecer folklórico junto a sus contenidos tradicionales.
Asimismo, por estar reconocido dentro el patrimonio, la Fundación para el Desarrollo Cultural de Oruro (Fundesco), que fue creada por la Unesco, no puede estar al margen porque es una institución para generar alternativas de apoyo y así jerarquizar el Carnaval, según lo determinado por la entidad dependiente de la ONU.
Fundesco está compuesta por la Prefectura del Departamento (hoy Gobernación), Alcaldía Municipal, Federación de Empresarios Privados, Universidad Técnica de Oruro, Obispado de la Diócesis y Asociación de Periodistas, cuerpo colegiado que debe realizar el trabajo indicado.
Lamentablemente, ello quedó trunco, porque existieron voces disonantes que fondearon su vigencia, dejando de lado inclusive el plan decenal, obstaculizando su accionar, privando de esa forma una asistencia internacional y adecuados recursos que tenía en mente canalizar la Unesco desde su sede en París (Francia).
Tomando en cuenta ese punto de vista, es imperioso trabajar como buenos orureños, dando pasos seguros y sinceros, convencidos de que nuestro Carnaval es gracias al aporte devocional y económico de los danzantes, el esfuerzo de la población en general, además de contar con el aporte de los Padres Siervos de María y la presencia de las bandas de música.
Solo así, podemos desterrar para siempre la egocéntrica actitud de malos elementos incrustados en el manejo del mejor carnaval del mundo, los cuales, laboran con engaños y falsedades.
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