La torre del prestigio policial

Para nadie es desconocido que el rendimiento laboral de los recursos humanos puede llevar al “éxito o al fracaso” de una organización, o al “prestigio o desprestigio” de una institución.

Este razonamiento básico, es mucho más palpable en las instituciones encargadas de mantener el orden público y la seguridad ciudadana, pues basta una, solo una conducta negativa de un mal policía, para afectar a muchas otras conductas o actuaciones positivas de muchos policías.

Las actuaciones positivas de los buenos policías, una a una y poco a poco, ayudan y elevan el crecimiento de la “pirámide del prestigio policial”.

ACCIÓN

Sin embargo, cuando ese prestigio se encuentra en un nivel expectante y aceptable, sucede que solo una mala acción de un mal policía puede desmoronar todo el éxito logrado, donde en una especie de un nuevo inicio, deben reintentar acciones positivas para el logro de los propósitos institucionales, extremando capacidades y recursos en la búsqueda de ese prestigio bien ganado.

Existen acciones individuales y grupales que llenan no solo de orgullo de pertenencia institucional de todos los policías, sino, que logran la satisfacción y aceptación de la sociedad.

También debemos mencionar aquellos casos esclarecidos de los que la comunidad ni siquiera se entera por diferentes factores, ya sea porque quedan ahí en el lugar de los hechos o porque no se traducen en el interés mediático, entonces también existen aquellos casos no visibles, aquellos que no ingresan a las estadísticas objetivas, los que son resueltos por las unidades especializadas de la policía simple y llanamente con la función preventiva y de auxilio, como funciones fundamentales y primarias de la Policía Boliviana.