Por donde se camine en la ciudad se observan signos de contaminación ambiental, todo debido a la indisciplina ciudadana para el manejo por ejemplo de la basura, de todo tipo de desechos y en cualquier sitio o esquina sin ninguna consideración.
El mayor problema son los envases desechables, botellas pet, bolsas plásticas, éstas últimas que se convierten en el mayor peligro para el medio ambiente por el daño que ocasiona su prolongada degradación física, ya que mientras eso suceda en cuestión de años, el problema es latente en calles, cloacas, en desagües domiciliarios y hasta en el alcantarillado.
Lamentablemente se trata de un negocio que ha crecido a nivel nacional con la proliferación de industrias que se dedican a su masiva fabricación, en diferente tamaño, color y hasta con leyendas publicitarias que encargan diferentes comercios para entregar sus productos.
En época de lluvias este material que la gente desecha desaprensivamente se convierte en un grave peligro porque evita la circulación de agua, obstruyendo los canales, zanjas y hasta el sistema de alcantarillado pluvial, ocasionando inundaciones y como resultado el rebalse de aguas negras, con grave daño para la salud ciudadana.
Esta basura plástica es la más molestosa y peligrosa, por lo mismo debe ser objeto de tratamiento especial, empezando por programas de educación ciudadana para que ese material sea depositado en los basureros públicos o “colectado” de manera especial para su entrega directa a los carros basureros, evitando su dispersión en las calles.
Es necesario que programas especiales de reciclaje que se han iniciado en algunas ciudades del país, por ejemplo el caso de La Paz, puedan ser tomados en cuenta a nivel de emprendedores privados o en su caso por cuenta de los municipios, pues se trata de cuidar la salud pública y la estética urbanística, cumpliendo fases especiales, que deben ser adecuadamente reglamentadas.
Ya se han dado ejemplos interesantes sobre el beneficio del reciclaje para convertir los desechos plásticos en materiales utilizables para la fabricación inclusive de muebles, a través de placas sólidas de material aglomerado cuya base es el material de plástico que generalmente se arroja en las calles, hecho que se observa mayormente en las proximidades de establecimientos educativos o tras la realización de algunos espectáculos públicos, cuando la acumulación de basura nociva se pesa por toneladas.
Autoridades sanitarias deberán adoptar medidas especiales para ejercer un mayor control sobre el uso y abuso del material plástico, regular su producción y luego insistir en campañas de concienciación masiva, la manera de efectuar el depósito de ese material en basureros en la vía pública o por cuenta de los vecinos de manera clasificada como una forma de facilitar su recuperación para encarar el reciclaje industrial y disminuir la contaminación ambiental.
Entre los programas de salud pública debería ser una norma de cumplimiento ineludible el manejo del material plástico, su recuperación y encarar su reciclaje para abrir un factor de diversificación industrial que por lo visto ya está dando buenos resultados en otras capitales.
Son tareas importantes que deben asumir los municipios y en el caso especial de nuestra ciudad, eliminar los focos de infección, entre estos el mayor que atraviesa gran parte de la ciudad el Tagarete, que debe ser embovedado en cumplimiento de un proyecto que menos mal ya ha sido aprobado y por lo mismo tiene su presupuesto. Hay que combatir la contaminación.
Fuente: LA PATRIA
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