Cotidianamente se vulneran los derechos ciudadanos
28 nov 2014
Fuente: LA PATRIA
Resulta que un recuento de hechos nos lleva al convencimiento de que diariamente y con cualquier motivo los derechos ciudadanos se vulneran abiertamente sin que nadie defienda los principios de respeto mutuo que deberían prevalecer para que, por ejemplo, no se altere la libre transitabilidad de personas en diferentes zonas de la ciudad, pero con mayor asiduidad en el sector central donde los “grupos sociales” acostumbran “bloquear” las calles sin importar los problemas que generan especialmente cuando los estudiantes deben llegar a sus planteles o cuando saliendo de estos tienen que retornar a sus domicilios.
Pero ese no es el único problema, el perjuicio es para todas las personas, amas de casa, empleados de diferentes instituciones, empresarios que tienen necesidad de efectuar trámites en dependencias públicas o cumplir gestiones bancarias o como refería alguna vecina, inclusive llegar a centros médicos para requerir atención de urgencia personal o para pequeños pacientes. Todo se altera porque los “movimientos sociales” ocupan las calles, se acomodan en las esquinas impidiendo la circulación de motorizados y alterando la circulación de los peatones.
Estos hechos se convierten verdaderamente en una agresión diaria en contra de la población civil, pues la obstrucción de calles, avenidas, plazas y edificios públicos transgrede la seguridad de los transeúntes quitándoles el derecho fundamental de las personas que es el libre tránsito en la ciudad.
Vecinos reclamando atención a sus demandas, movimientos laborales exigiendo mejores condiciones sociales, mujeres protestando por la constante violencia en su contra, agrupaciones “sin techos” pidiendo vivienda o sectores asentados en algunos barrios denunciando avasallamientos, molestos ciudadanos conminando a las autoridades terminar obras comunales, son parte de una constante movilización que altera el orden constituido.
Pero además de esos hechos y en muchos casos coincidentemente con algunas fechas, se lanzan a las calles grupos folklóricos disfrazados y con banda y todo para ocupar parsimoniosamente calles y avenidas en una demostración de habilidades y en homenaje a cualquier circunstancia. Algo parecido sucede con establecimientos educativos que en aniversario u otra motivación especial, abandonan sus establecimientos para demostrar en las calles sus habilidades, en una clara muestra de indisciplina, justamente allí donde debería imponerse el ejemplo de servicio y respeto colectivo.
Como si fuera poco, algunos días de la semana, buen número de efectivos policiales, en horas “pico” y en lugares ciertamente conflictivos por el intenso flujo vehicular se dan a la tarea de alterar el tráfico, controlando documentos, placas, impuestos y otros aspectos que deberían ser realizados en horarios y lugares que no afecten críticamente la circulación de motorizados y el transporte de pasajeros o personas particulares con urgencia de llegar a destinos en diferentes zonas de la ciudad.
Por un lado, hay quienes aducen para sí el cumplimiento de sus derechos al formular reclamos y hacerlo en la vía pública. Lo que no tiene justificativo es que también celebraciones y jolgorio alteren el orden y la paz ciudadana, finalmente la Policía tiene obligación de revisar documentos y en el caso del transporte público podría hacerlo en sus paradas, mientras que a particulares se les podría “chequear” en sitios y horarios no conflictivos.
Lo más importante en este tema es comprender la necesidad de respetar los derechos ciudadanos, de cumplir normas establecidas, no transgredir las prohibiciones existentes pensando que en cualquier circunstancia y para cualquier ciudadano estas transgresiones pueden tener graves consecuencias.
Fuente: LA PATRIA
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