¡Aprendiendo a dejar que la naturaleza vibre en nosotros!
24 nov 2014
Maximiliano Corradi
Si va a dar un paseo, y consigue ver un animal que aún no se haya percatado de su presencia, si todavía no le ha olido o no ha registrado su presencia, deje que el ser del animal se vuelva activo en su ánimo. Sintonícese con la tranquilidad interna e inspire y espire profundamente. A ser posible cierre brevemente los ojos, y con su respiración acoja al animal en su ritmo corporal. Esto significa que usted al inspirar lleva a su interior la imagen del animal. Y mostrando humildad ante la vida, deje que esa imagen tenga un efecto en usted, sin esperar nada.
Con el tiempo irá experimentando que el animal, desde su estado de conciencia divino, le está irradiando paz, unidad y sentido comunitario, algo que no proviene de este mundo. Ejercítese en la observación de sus criaturas hermanas, los animales, pero también en la contemplación de las plantas. Por medio del volverse silencioso y desconectar conscientemente las emociones y pensamientos innecesarios, con el fin de estar de verdad presente en las zonas habitadas por las criaturas que conviven con nosotros, pronto notará que se vuelve cada vez más sensitivo y con el tiempo percibirá lo que hay a su alrededor. Y si va con frecuencia al campo, pero dando el valor que le corresponde al prójimo animal y todo lo que lleva la vida, pronto captará lo que realmente significa la vida en la verdadera unidad.
Los animales aman la paz y la libertad. Sus sentidos espirituales se basan en la unidad y en la comunidad. Por eso quieren estar con sus hermanos mayores, los seres humanos. Ellos notan perfectamente cuando hay personas que están aprendiendo a comprenderlos en humildad y respeto.
¡Estamos aprendiendo! Y una gran ayuda para el desarrollo correcto de la conciencia es dar un paseo tranquilo y equilibrado por el bosque, por los campos. Nuestros pasos serán cautelosos, porque estamos aprendiendo a oír y a escuchar, sin olvidar que “oír” y “escuchar” tienen dos matices muy diferentes en los aspectos de percepción. Pues oír es una percepción externa, escuchar por el contrario es un detectar interno, dejando que llegue al interior. Con la práctica y reflexionando sobre nosotros mismos, con el tiempo notaremos una relación apenas definible para el ser humano. Aprendiendo y practicando se consigue la maestría.
En nuestro paseo consciente captaremos que la naturaleza nos regala tranquilidad. Captamos y n experimentamos que todo tiene sonido, color y forma. Escuchamos las tonalidades del viento que en invierno puede ser frío. En primavera se muestra como una brisita templada, tal vez con tonos más benignos que anuncian el verano. De vez en cuando el viento se manifiesta también como tormenta, que se asemeja a un redoble de tambores. Escuchamos el chapoteo de un arroyo, el piar de los pájaros, y el sonido de algún animal en el bosque.
Rara vez percibimos los sonidos más internos, los aspectos de conciencia de la vida, porque aún no hemos aprendido la diferencia entre oír y escuchar, puesto que las diferencias entre estas dos percepciones pueden ser de gran importancia. No obstante, ¡estamos aprendiendo!
Para los seres humanos, lo que vemos y oímos es la percepción sensorial externa. Pero dejemos que también confluyan la percepción profunda de contemplar y escuchar, lo que significa llevarla a nuestro interior, a nuestro cuerpo, con la respiración profunda, para sentir cómo se hace notar una sensación estimulante que transforma nuestro ritmo físico y nos transmite tranquilidad. De ello se derivan algunos momentos de felicidad que no son de este mundo. Estos podrían ser aspectos de percepción interna.
Aprendamos entonces cada día a dispensar más respeto al mundo animal y vegetal, y comprenderemos poco a poco que el Uno universal, el Dios Creador que habla, es quien dona y mantiene la vida en todos y en todo, en lo más pequeño y en el infinito. Dejemos que las siguientes frases sencillas lleguen al corazón y al entendimiento: “En lo más pequeño está el infinito, y en el infinito está lo más pequeño. Dios el Creador de la vida, es el Amor universal. Su amor es la humildad universal, que se da y tiene validez por igual para todo lo que vive”.
info@universelles-leben.org
www.vida-universal.org
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.