Miercoles 19 de noviembre de 2014
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Editorial y opiniones
Economía de palabras
Meditar: un buen consejo
19 nov 2014
Humberto Vacaflor Ganam
Pablo Adelfang, representante de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), recomienda a los bolivianos meditar mucho, pensar mucho y debatir mucho sobre la pertinencia de instalar plantas de energía atómica en el país.
Esperemos que no se lo declare persona no grata por este consejo, que es casi una provocación, un atrevimiento, en un país donde aquello de meditar no es una práctica frecuente, sino todo lo contrario.
Aquí, señor Adelfang, el método para tomar decisiones consiste en “yo le meto nomás”. Eso de meditar es tarea de los abogados cuando tienen que resolver el entuerto.
Pero pensándolo bien, meditando un poco, quizá el consejo hubiera sido muy oportuno para decisiones anteriores, muy caras decisiones anteriores.
Meditar, por ejemplo, en la conveniencia de invertir 300 millones de dólares en un satélite cuya utilidad todavía no se conoce, hubiera sido muy necesario antes de hacer semejante gasto.
Meditar en la necesidad de resolver el problema de pesadilla que es el transporte público de La Paz hubiera servido antes de gastar 240 millones de dólares en un sistema que apenas puede atender, trabajando a toda capacidad, la demanda de transporte de 4% de los alteños que necesitan llegar a la hoyada.