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Domingo 16 de noviembre de 2014

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Revista Dominical

Interview/Literatura - Periodismo:

Carlos “Chino” Decker-Molina

16 nov 2014

Juan Manuel Fajardo - Abogado, Ensayista, Crítico de Cine

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Carlos “Chino” Decker-Molina es un periodista boliviano con una trayectoria profesional, sólo comparable con la de Lowell Thomas, James Michener y Frederick Forsythe, como los nombrados un internacional trotamundos, intelectual trashumante; comenzó su carrera en Oruro, la Real Villa de San Felipe de Austria, nuestra ciudad. Fue Director de Radio “El Cóndor” y también de Radio Universidad en un periodo político complicado, los años sesenta y setenta; sus ideas libertarias signaron su existencia como las de muchos otros hoy anónimos ciudadanos que salieron del país, forzados, única alternativa ante el riesgo inminente de ir a dar a una prisión política; actualmente reside en Estocolmo, Suecia desde 1977. “Tomasa” (ficción) es su última obra, finalista en el Concurso Internacional de novela Kipus 2014. En la presente entrevista exclusiva para LA PATRIA, nos habla de su libro “La historia se escribe ayer”, publicado 1997 cuando el siglo XX estaba agonizando y con él varios fenómenos económicos, políticos y sociales. La obra captura, retiene y condensa los más fundamentales hechos que hasta 1996 estaban sucediendo en el mundo; 17 años después su lectura es importante para comprender el siglo XXI, que desde luego no es siglo de las luces.

Juan Manuel Fajardo (JMF).- Carlos en tu libro, haces una disección del comunismo partidario en el panorama mundial de hace 24 años y señalas que la crisis del Socialismo Real “condujo a la muerte del Marxismo Leninismo como doctrina oficial de lo estatal y de esteriotipo dictatorial y autoritario”, y que en México 1990 todos coincidieron en que el neoliberalismo era el instrumento del imperialismo, donde nadie se atrevió a responderte, “con que escuela económica se lo iba a reemplazar”. Lo mismo habría sucedió en Cuba en 1995, donde nadie quiso mencionar la palabra “economía planificada”. ¿Cuál es hoy el panorama de los Pcs. Europeos?

Carlos Decker Molina (CDM).- En este momento en Europa ya no hay partidos comunistas tradicionales, los que habían se han transformado, son Partidos Social Demócratas, no hay más el discurso de la revolución ni mucho menos, la economía de la planificación, todos se han reacomodado en el sistema liberal o neoliberalismo; en su mayoría los comunistas de ayer, hoy están defendiendo los procesos económicos capitalistas de mercado, y no como antes, en el modelo sueco por ejemplo que era un acuerdo, entre el capital, el trabajo más el Estado, los capitalistas cedían algo, la clase obrera cedía algo y el Estado recogía esa cosecha y la distribuía a todos, más o menos por igual. Hoy los viejos partidos comunistas han perdido el poder de atracción a las nuevas juventudes, ya no existe el clásico proletariado, la fragmentación de la sociedad en Europa es feroz; el proletariado está en China, en México o en Nigeria, donde el industrialismo de los ochenta se encuentra en pleno auge; en Europa el industrialismo se ha reducido a medianas y pequeñas empresas, ya no hay empresas de 5.000 obreros, la tecnología y la robótica han desplazado al trabajador que ha dejado de ser proletario en el sentido de Marx, ahora trabaja por el un computador, este proceso de fragmentación de la sociedad ha hecho que las clases casi desaparezcan.

JMF.- En el segundo capítulo haces un ejercicio de autocrítica, y señalas que “fue un grave error (en el siglo pasado por supuesto) intentar hacer la revolución socialista en América Latina, con los mismos héroes y al unísono en todo el continente”, “todos quisimos hacer la revolución a la misma hora”. “Lo que siguió a continuación es la historia de una derrota”, “Latino América no es la misma en la que murió el Ché, ha cambiado su economía, la sociedad y sus actores políticos”. ¿Carlos como ves lo económico, político y social en Bolivia? ¿Qué visión tienes y a donde nos encaminamos?

CDM.- El 2005 cuando Evo Morales ganó las elecciones con más del 60%, me pareció una cosa extraordinaria que los ninguneados asuman el poder; sin embargo en ese tiempo expresé públicamente mi reparo a la posible feudalización del poder, porque entonces como ahora no percibí un discurso claro en Morales y en los masistas; sin perfil ideológico definido su discurso era disperso, producto de la época comprendo, en la línea de Negri, autor de algunos libros sobre las multitudes, la Biblia para Alvaro García Linera. Cuando no existe perfil ideológico es más fácil feudalizar el poder y entonces, aparece un sector indigenista con ideas terriblemente indofacistas y otro sector que son los movimientos singularizados en algún elemento social, como los transportistas, los cooperativistas o los cocaleros, que en determinado momento convergen y como no existe hegemonía ideológica, aparecen las nuevas contradicciones que se habían eliminado en un primer momento para la toma del poder, sólo así se explican por ejemplo las peleas entre mineros y cooperativistas, nadie cree como en el pasado en una determinada ideología. El proyecto del MAS es interesante porque tiene un discurso falso, se dice “antiimperialista y socialista”, pero en la práctica es capitalismo de Estado. Los sectores que comenzaron a coexistir en la primera etapa se han ido disgregando y ha quedado solamente una parte del MAS en el poder, que es el que está ejecutando este proyecto de mercado, que no defiende el capitalismo, pero está defendiendo una sociedad mercadista, tanto así que algunos empresarios privados votan por Evo, porque así tendrán posibilidades de hacer negocios, vendiendo lo que producen al Estado. Desde el punto de vista marxista es un retorno al socialismo democrático, entre comillas, yo diría que no se sincera el proceso y no es claro en su propuesta. Evo Morales sube al poder con un expediente liberal, las elecciones son un expediente liberal, entonces debiera haber demostrado a la derecha, a la centro derecha o a la democracia tuerta, que el proletariado, el campesinado, el pueblo boliviano es más demócrata, democratizando la democracia, lo que hoy se tiene es una democracia autoritaria, que hace entrar en sospecha su proyecto de país, sobre todo en el exterior donde no comprenden como democrático, el hacerse reelegir y reelegir; eso ya no es democracia. Sin embargo yo entiendo porque se hace reelegir; el MAS es un organismo piramidal, Morales está en la cúspide, y el sabe o los que los rodean saben que si desaparece la punta, la pirámide se desmorona. Como le pasó al MNR le puede pasar al MAS, el MNR no era un partido político, era un movimiento que asume el poder con un proceso revolucionario diferente al de Morales, y se fragmentariza como consecuencia de la reelección del Dr. Paz en condiciones poco claras. La oposición tradicional actual, que no plantea alternativa o un proyecto serio y coherente, quizás debiera empezar por reconocer que ha habido un cambio de élite política, y atreverse, a vencer la barrera psicológica aceptando que hay otra élite, la indomestiza, y sentarse a comer en la misma mesa, sólo así podrá sobrevivir, pero para esto se necesita de políticos inteligentes. Un apunte, el talón de Aquiles del proyecto del MAS es el mercado internacional, Morales debería estar pensando en preparar una infraestructura industrial en estos cinco años de gobierno que le quedan.

JMF.- El neoliberalismo como modelo y sus tres subproductos, la desocupación, el empobrecimiento y la lumpenización como tú señalas, han producido la desestructuración de la sociedad, “ha dejado a los partidos políticos sin clientela”. ¿Qué fenómeno ha sucedido en Bolivia para que de esa desestructuración, emerjan los ahora llamados “movimientos sociales”?.

CDM.- El proyecto boliviano es interesante desde el punto de vista de la observación sociológica, aquí la desestructuración terminó con los partidos tradicionales, no sé si Morales se dio cuenta de esto, o fueron las circunstancias que lo llevaron al poder; quizá fueron en mayor grado las circunstancias, porque no te olvides que Bolivia es un país de circunstancias políticas; estas, lo habrían llevado a liderizar un movimiento social sin que se lo hubiera propuesto, estando enferma de desestructuración la sociedad; aún sin discurso el MAS creció, entonces la mayoría de la gente dijo: ¡ah, éste por lo menos es nuevo, votaremos por éste, que además se parece a nosotros!; ojo que durante Banzer, comenzó a crearse una burguesía indomestiza que no encontraba expresión política, el compadre Palenque quiso ser y no pudo, lo mismo que el cervecero Fernández, no eran igual que ellos. Esta nueva élite que está ahora en el gobierno en su evolución es colectivista, como los indígenas que comienzan a comerciar, son comunitarios en su pensamiento; sin embargo esa capacidad aglutinadora del colectivismo se convierte a la larga cuando empieza a percibir ingresos, en individualismo feliz. El pensamiento colectivista con el que había subido esta nueva élite desaparece, se convierte en individualista. El proyecto colectivista se desarrolla, gana posición económica y social, y se va fragmentarizando, por lo explicado, esa gente no creo que vaya a votar otra vez en el futuro por Evo, no le interesa ya el discurso colectivista al haber logrado al ascenso social; en suma el indomestizo ha hecho un viaje social, desde el punto de vista económico está igual o mejor que la otra élite, la blanca o criolla. Un fenómeno interesante se presenta cuando observamos en los procesos cubano y venezolano, que la élite blanca huyó, se fue al extranjero, en Bolivia no, está aquí, se quedó aquí, no ha emigrado, habrán exiliados, unos cuantos. Esto me lleva a pensar que ante la posibilidad de una futura fragmentarización, la oposición debería empezar por tender puentes con estos nuevos actores; hay atisbos, sin embargo después de estas últimas elecciones, me reservo un vaticinio sobre el destino de algunos de los protagonistas, que parecen haber jugado su última mano.

JMF.- ¿Qué opinas en la actualidad de las ONGs, serán el caballo de Troya del imperialismo?, ¿O su rol sigue siendo importante en los procesos de cambio en el continente?

CDM.- Cuando yo escribí el libro, era la época de las vacas gordas, los estados europeos tenían posibilidad de fomentarlas, y las ONGs. venían a América Latina a ayudar ciertos procesos, ahora hasta el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional tienen ONGs, con esto el principio de cooperación internacional se ha perdido; en el presente se ha reducido porque Europa está en crisis. En la década de los 90s jugaron un rol político; acerté al decir que no irían a reemplazar a los partidos, debo recordar que cuando el exilio masivo de la izquierda latinoamericana por causa de las dictaduras llegó a Europa, todos queríamos volver en el caballo de Troya de las ONGs. Hoy puede que sean también del capitalismo, porque obviamente tienen sus intereses. Todas las que vinieron en aquel periodo, eran para cooperar en los procesos democráticos. En el presente es obvio que el gobierno que se encuentre entrampado en trampas a la democracia, dirá que son enemigas y que se vayan.

JMF.- En el capítulo Sin Texto, mencionas algo importante, la transparencia informativa en los países escandinavos o el principio de la información pública: “A ningún ciudadano le puede ser negado este derecho”. “La prensa por ejemplo, tiene la oportunidad de leer todos los obrados ministeriales, provinciales o comunales, excepto en asuntos muy especiales como la seguridad nacional o las relaciones internacionales”. ¿Consideras que esta forma de sano ejercicio de la democracia, es importante para la preservación del derecho a la información y a la libertad de expresión en nuestro país?

CDM.- La boliviana y la sueca son dos culturas diferentes, entonces hay que pensar en los substratos psicosociales que existen en las sociedades, la escandinava es luterana. Lutero planteaba lo siguiente: “El cielo, el paraíso se gana trabajando, no con diezmos”, prescribe la no ostentación y la honestidad consigo mismo y rompe con el Papa. En su pensamiento los suecos son luteranos, su política, su análisis, su ideología tienen esa raíz; la nuestra es la católica que comenzó diciendo, que “quienes trabajen sean los esclavos y los siervos, los señores ricos, rezamos y damos diezmos en la iglesia para ganar el paraíso, los otros, los pobres que pidan caridad, Dios les va a dar”; nunca se habló del trabajo en el sentido religioso, esta diferencia ha creado en Suecia ese tipo de transparencia informativa, que es parte de esa cultura; nosotros los católicos mentimos impunemente porque sabemos que mañana nos vamos a confesar, y si no somos creyentes le contamos a un amigo y éste, nos dice: “Oh hermano yo también he hecho lo mismo, no pasa nada”, esta es una forma de absolución, entonces la mentira privada y la mentira colectiva está admitida de manera oficial. Por esta diferencia que es abismalmente cultural, yo no creo que Bolivia pueda llegar a ese límite, pero puede acercarse, para eso necesita de una prensa libre, soy de los que creo en ello; una vez escuché en una conferencia a Umberto Eco decir, cuando le preguntaron sobre la prensa: “En mi país hay prensa oficial la que defiende al gobierno, hay una prensa opositora que está contra el gobierno y al medio de las dos hay una prensa independiente, esa leo yo; las tres subsisten cada una en su rol y nadie les dice nada”. El peligro está en tratar de uniformarlas, eso si es ir al facismo o el viejo comunismo que viene a ser lo mismo. Aquí en Bolivia que haya una prensa oficial la de Evo, otra opositora y otra independiente que pueda decir, esto hecho por el gobierno está bien, esto otro esta mal. Se debe tender a eso.

JMF.- En el capítulo ¿Que hacemos con Marx?, citando a Isabel Monal, señalas que para l996, el marxismo se enfrentaba a dos desafíos “el de su existir mismo, y el de desarrollarse creadoramente”. ¿Marx ha muerto, o existe una nueva lectura de Marx?

CDM.- Picard ha escrito un nuevo libro sobre economía, una nueva postulación económica a caballito de las teorías de Marx. Picard es un francés que se ha hecho popular en los dos últimos meses, llenando las librerías europeas con su nuevo discurso económico; yo creo que Marx no ha muerto, lo que existe es una nueva lectura, una cosa es el marxismo y otra Marx, lo que ha muerto es el marxismo, Marx seguirá vivo como un referente de la Teoría Económica.

JMF.- Carlos, ¿Cuán evidente es que los procesos de cambio que vive América Latina, tienen su raíz o están inspirados en el pensamiento marxista?, ¿Crees que los denodados esfuerzos mayormente clandestinos de los 60s y 70s, los de tu generación y la mía, contribuyeron en algo a crear el tipo de sociedad en que actualmente vivimos?

CDM.- Buena pregunta la tuya, la justicia social para empezar no sólo es marxista, hubo también otros filósofos que la plantearon, sólo que por otros medios. El discurso de Marx es importante en la parte económica, entonces la economía también es importante para la justicia social, por ese lado los procesos de cambio puede que tengan inspiración en las teorías económicas de Marx. El pasado siempre será la muleta del presente, de tiempo en tiempo hay que dar la vuelta para mirarle, sin miedo a quedar convertido en sal o piedra, esto es necesario para ver el camino recorrido. El actual proceso económico, político y social que se vive en Bolivia, creo yo que tiene su base más que en la Revolución del 52, en la lucha que libraron mi generación y la tuya, la nuestra en definitiva, que pusieron el cerebro, el músculo, las horas insomnes, sumergidas en la proscripción a la clandestinidad, avizorando la llegada de esa oscura noche que fue el fascismo militar, que para encubrir su real cara, buscó como marco de legalidad el concurso de algunos civiles, políticos cuya existencia y conciencia en la época de la regresión se iban por el caño; entonces, se debería reconocer que los estudiantes, los universitarios, los profesionales e intelectuales progresistas, antes y durante las dictaduras orientaron, cuando no organizaron a mineros, fabriles, campesinos, con ideales libertarios, sin olvidar el rol importante que desempeñó la prensa, cuando la mayoría de la ciudadanía se encontraba arrinconada por el terror, sin importar la persecución sañuda, la tortura, la prisión y la muerte en ese orden; baste mirar la larga lista con nombres de los amnistiados y de los que no podíamos volver al país; el delito que habíamos cometido no se explicaba, no se encontraba inscrito en el Código Penal formal, sino en la Ley de la Seguridad del Estado, común a toda la región, donde las ametralladoras y los tanques eran el tribunal final. La sociedad presente es de alguna manera distinta al mundo que conocimos, sin duda, esperemos que sea para mejor.

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