Miercoles 12 de noviembre de 2014
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El hecho de haber logrado un tercer período de gobierno, debe ser impulso más que suficiente para que el régimen del Presidente Morales y su partido enmienden todo lo que pueda ser señalado como error o defecto que haya habido en nueve años, para corregir todo lo que se pueda y, sobre todo, para planificar efectivamente políticas que tiendan al desarrollo nacional en forma armónica y sostenida.
Si bien no conviene a nadie “llorar lo mal hecho y festejar lo bueno”, la misma ratificación de confianza que ha recibido el régimen, debe ser el acicate que le permita ver realidades y encarar un futuro cierto, constructivo, eficiente y eficaz en realizaciones y muy efectivo en sus consecuencias a futuro; pero, con la condición de que se lo haga racional y conscientemente, dejando de lado las situaciones político-partidistas, los intereses mezquinos y las conveniencias sectarias.
Y cuando se analiza lo pasado, especialmente por parte de medios de comunicación, no es para enrostrar sus yerros al gobierno, sino para mostrarle caminos correctos de rectificación mediante comportamientos que sean afines a los intereses generales del país; en otras palabras, asumir la posición de un gobierno con gestión, administrativamente constructivo y responsable; moralmente capaz de poner en práctica sus propios valores y no apartarse de las líneas fijadas en la Constitución y las leyes.