Sábado 08 de noviembre de 2014
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Muchos son los negocios que migran del centro urbano paceño hacia la llamada Zona Sur en demanda de clientes solventes, grupos sociales determinados y una tranquilidad que los alborotos políticos les impide garantizar en las calles tradicionales.
El alcalde Luis Revilla apostó dar la vuelta la tortilla y traer marcas gastronómicas de San Miguel al Mercado Camacho, una de las esquinas emblemáticas de la ciudad en su expansión capitalina de los años 20. La vieja estructura fue remodelada hace un lustro. Junto a los cambios arquitectónicos, las oficialías de Desarrollo Humano y de Culturas aprovecharon los amplios ambientes para llenar de servicios a la comunidad y de espectáculos diversos su amplia plaza. Las vendedoras de los abastos municipales cuentan con centros infantiles que cobijan con seguridad, buena alimentación y pedagogía de avanzada para sus hijos entre cero y seis años, un lujo que pocos municipios en el país priorizan.
Comida internacional y un gimnasio y la oferta de paseos por el inicio del Parque Urbano y una de las vistas más maravillosas del Illimani, concebida el siglo pasado, cuando se ensanchó la calle de los bancos, el Wall Street paceño. Los modernos restaurantes son aliados de las antiguas caseras que les dan los insumos y, además no compiten con los platillos criollos que ellas venden.