Cada año en época de lluvias la ciudad confronta serios problemas por la inundación de sus calles en la zona central, en barrios como la Ciudadela Ferroviaria, el Jardín, urbanizaciones laborales y con dramáticas características en zonas periurbanas donde las calles desaparecen y los vecinos deben darse modos para llegar a sus domicilios.
Es un problema de repetición constante, cada que llueve para ser más concretos y con lamentables perjuicios para miles de vecinos, donde el rebalse de aguas hace estragos inclusive con algunos comercios ubicados en arterias como la Avenida del Ejército y otras aledañas donde las calles se convierten en verdaderas piscinas, impidiendo el tránsito de personas.
Si las lluvias son torrenciales y prolongadas el problema es sumamente serio, el agua rebalsa del sistema de alcantarillado y las calles se convierten en ríos de aguas servidas, en otra instancia, como se denunció recientemente el mismo problema de alcantarillado, hace que las aguas que no circulan en las calles retornen por el deficiente alcantarillado al interior de las viviendas ocasionando un doble problema para muchos vecinos.
En los barrios periféricos la situación de los vecinos es dramática, en especial para gente que retorna a su domicilio en horas de la noche y después para los niños que al día siguiente deben concurrir a sus establecimientos educativos. El problema es que en la mayoría de los barrios no hay alcantarillado.
No hace muchos días atrás vecinos del Distrito 4 declararon emergencia y anunciaron movilizaciones demandando la instalación de alcantarillado en su zona. Lo mismo ocurre con vecinos de la zona este en inmediaciones del aeropuerto donde se inició la instalación de alcantarillado en una primera fase y quedó congelado el proyecto, por problemas “insidiosos” entre dirigentes vecinales.
En la zona crítica de la ciudad más abajo de la 6 de Agosto, es inevitable la inundación con cualquier lluvia que caiga, así sea de mínima proporción y el problema se debe al mal funcionamiento del alcantarillado que colapsa por el mal funcionamiento de las bombas de succión que no alcanzan a desalojar con suficiente rapidez la acumulación de líquido en el único alcantarillado que funciona a media máquina.
Este problema de lluvias, inundaciones, alcantarillado deficiente, perjuicio a los vecinos especialmente de barrios marginales, suspensión de servicios del transporte público por calles intransitables, son parte del grave problema que se presenta cada año y que las autoridades en general soslayan en su consideración, cuando debería ser un problema de urgente atención, pues se trata de cuidar la salud de la comunidad otorgándole servicios básicos garantizados, seguridad y comodidad para transitar en la ciudad, como parte de un verdadero programa social para “vivir mejor”.
Como estamos al cierre de una gestión y será otra la que se abra después del primer trimestre, posiblemente sea oportuno sugerir a los futuros candidatos, tomar en cuenta la necesidad de solucionar los grandes problemas de la estructura urbanística de la ciudad, como el saneamiento básico, condición prioritaria para captar la atención, el voto y el agradecimiento ciudadano.
Es tiempo de apropiar debidamente las necesidades comunitarias, empezando por soluciones estructurales, de manera que el dinero del pueblo sirva para dotarle de buenos servicios, más allá de los maquillajes o los programas de extremado gasto y poca utilidad. Saneamiento básico debe ser la premisa que cubra la expectativa ciudadana, agua, alcantarillado, luz y calles expeditas.
Fuente: LA PATRIA
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