Han transcurrido 408 años de un 1ro de noviembre de 1606 cuando por cédula de Felipe III fue fundada la Real Villa de San Felipe de Austria, por Don Manuel de Castro y Padilla, Oidor y delegado especial para ese objeto por la Real Audiencia de Charcas para erigir la nueva villa dependiente de la corona de España.
Los datos históricos de este hecho trascendental señalan que hasta llegar a la instancia de la fundación, el asiento minero se denominaba San Miguel de Oruro y su importancia radicaba expresamente en su riqueza minera que llamó la atención de ávidos visitantes y alentó su codicia por la extracción de esa riqueza natural.
Fue masiva la explotación de los minerales de Oruro para trasladarlos a otro confín del mundo para beneficio de la Corona y por supuesto para quienes se asentaron en la villa y recibían los diezmos que les remitía la realeza. Las minas de Oruro alentaron el progreso de otras latitudes.
El trabajo ilegal de extracción de minerales debía formalizarse por lo que los “visitadores” apresuraron la fundación de la villa para legalizar sus acciones para rescatar la mayor cantidad posible de los minerales que también obtenían en mínima proporción los mestizos y los indios asentados desde mucho antes en la región, naturales de San Miguel.
Cumplidos los trámites que duraron más de año y medio, según refieren los datos históricos, los españoles pregonaron el 29 de octubre la realización del acto de fundación para el miércoles 1º de noviembre de 1606, día de Todos los Santos y que se cumpla a la hora en que el sol esté en su punto más alto. Así sucedió y con presencia de la vecindad, los españoles procedieron al solemne acto que se realizó en la explanada de la denominada Plaza Central y después de un oficio religioso, Manuel de Castro y Padilla, con la cruz en la diestra y señalando la horca para colgar a los herejes y desleales, hizo la Fundación de la Real Villa de San Felipe de Austria.
Algo interesante que rememorar es que luego del juramento de la fundación, ayudantes de Castro y Padilla le entregaron un flamante estandarte, dice la historia, damasco carmesí colores de la realeza española, que fue bendecido por el preste para luego plantarse tal emblema en el centro de la plaza tomando posesión de la Villa y poniéndola bajo la corona de la realeza, y dando fin a la existencia de San Miguel de Oruro, nominación que sin embargo se mantuvo en parte, como se establece en el transcurrir del tiempo.
Los hechos son interesantes y nos muestran que desde la fundación Oruro ha sido el primer eslabón de la cadena de pueblos descubiertos por sus riquezas naturales de alto valor y cuya explotación sirvió para nutrir en ese tiempo las arcas de la realeza…pero en el transcurrir del tiempo y los hechos, los orureños lograron revolucionariamente revertir esa situación para que la riqueza mineral beneficie a la nación y ese hecho incuestionable está patente en la contribución orureña para impulsar el desarrollo nacional.
A 408 años de la Fundación de la Real Villa de San Felipe de Austria, con bandera española y todo, en Oruro estamos atravesando por una difícil situación económica, la condición particular de rico distrito minero que apresuró la fundación de la Villa, hoy es parte de una gloriosa historia, pero no porque se hayan acabado los minerales, sino por la apatía de los propios orureños que no exigen la prioritaria atención de “reactivar” su minería, para recuperar el tiempo perdido y retomar la condición de rico filón de la minería nacional. Refundemos Oruro, con vocación de unidad, con decisión y voluntad, con capacidad y valentía para devolver a Oruro su condición de pujanza y riqueza, como baluarte del progreso.
Fuente: LA PATRIA
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