El transfugio político de nuestros compatriotas aparece casi como una institución formal, por lo que intento explicar la calidad de los hombres de nuestro país sobre la base de ciertos fenómenos exteriores como este que anoto , y tergiversa el conocimiento adecuado de lo que realmente somos y de lo que bulle en nuestra intensa vida política ,ya que los que gobernaban acostumbraron a nuestros compatriotas a vender sus conciencias, lo importante de un partido político debe ser la dignidad de la persona humana, porque en este tiempo en que vivimos, estos valores se han perdido hace mucho tiempo.
El intento risueño de justificación del tránsfuga consuetudinario que según la anécdota, dice, que él no es el que cambia, puesto que siempre está con el gobierno, sino que son los grupos políticos los que cambian y dejan de estar en el gobierno y eso es más que simple humorismo. Y ante la tumultuosa corriente de la historia política del país, muchas veces no vemos con claridad la profundidad de los hechos raciales que corren por debajo de la turbulencia política de nuestro país y solo es analizada en la sucesión de nombres o de partidos y no cobra su sentido real, al contrario o nos hace perder en el remolino de la falta de comprensión de los hechos y nos hace decir como a Gabriel René Moreno primero y Charles Arnade después, que la clave de explicación para la historia política de Bolivia que estos tránsfugas, es que sus dirigentes y sus bases fueron y son hombres de dos caras.
Los jefes políticos ascienden al poder y según su entender tratan de aplicar las medidas que les sugieren los grupos de presión que les rodean, medidas que generalmente son programas sin base científica o cuando menos realista.
¿Cómo se puede explicar que el colaborador, el compañero de lucha que un día declara públicamente su total lealtad al conductor al responsable de un grupo político coyuntural y al día siguiente actúa de manera totalmente distinta, al extremo de hacer formular el dicho de las dos caras? ¿Cómo se puede explicar que una multitud que un día vitorea a su dirigente en función de gobierno y a los pocos días pide enfurecido su renuncia?
¿Cómo se puede explicar esta aparente veleidad y que es permanente en los estantes y habitantes del país?
La verdad es que en Bolivia no existen partidos políticos sino grupos políticos coyunturales sin ninguna posición filosófica, sino que venden su posición política al mejor postor, y lo que Bolivia necesita son partidos políticos con filosofía, doctrina e ideología y no grupos políticos coyunturales, donde compran conciencias a los habitantes de nuestra patria.
Los gobernantes que teníamos fueron conductores en cuanto interpretaban las aspiraciones del pueblo y las ejecutaban en acciones de gobierno, en este sentido nos han faltado conductores con capacidad de discernir lo bueno y lo malo, porque simplemente al desconocer en la práctica la realidad de que el pueblo no puede expresarse en el Estado, es por ello que casi todos los gobernantes han hecho el papel de aprendices de brujo sin la estatura de los verdaderos estadistas.
La pervivencia de Bolivia que logró sustentarse como Estado, se consolidó a través de la historia gracias a la formulación de principios doctrinarios básicos que respondieron a los requerimientos del nivel histórico en que se ubicaron.
(*) Doctor, Presidente del Centro Cívico Bolivia Regional Oruro
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