RELACIONES HUMANAS EN LA POLICÍA BOLIVIANA

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Podemos indicar sin temor a equivocarnos, que no existe un solo ámbito de relación interpersonal o grupal, sea de desempeño profesional u ocupacional, donde no sea necesaria la práctica de las relaciones humanas. Pero más aún, se hace imprescindible su práctica en el ámbito de los servicios policiales, en virtud de su reconocida eficacia para la resolución de conflictos interpersonales, sociales y en la toma de decisiones, además de ser útil para brindar un mejor trato al público que recurre a instancias policiales.

Cada hombre o mujer policía posee sin excepción una determinada personalidad. Esta personalidad es propia en cada caso, pero a la vez debe, en lo posible, reflejar una formación distinta a las requeridas por otras profesiones, es así que se requiere fundamentalmente de policías amables y diligentes en el cumplimiento de las funciones de servicio a la comunidad, pero por otro lado, se requiere también de una personalidad firme, férrea y templada, para aquellas situaciones donde “el oponente” pone en riesgo la vida propia y la de personas inocentes, y en cumplimiento del deber solo nos quede la alternativa del uso de la fuerza racional y proporcional, como nos lo ordenan las normas y procedimientos establecidos; entonces en esas circunstancias de peligro inminente, debemos recordar que: “A los policías también nos esperan nuestros hijos en casa”.

La correcta aplicación de las técnicas de relaciones humanas nos enseña lo siguiente:

• Fomenta la aplicación de actitudes positivas en el cumplimiento del deber.

• Nos dan pautas de conducta adecuadas, para desempeñar de mejor manera la atención y trato al público en los diferentes servicios.

• Desecha la prepotencia y la arrogancia en la conducta diaria.

• Establece una relación de respeto y consideración entre funcionarios policiales y público en general.

• Facilita y perfecciona la comunicación interpersonal y a nivel organizacional.

• Nos permite ser parte de la solución de los problemas de las personas.

• Coadyuva a ser más humanos y como consecuencia a ser mejores policías.

• Permite al superior jerárquico, tener la capacidad de reconocer los méritos de sus subalternos y al subalterno valorar las capacidades del superior.

• Mejora la imagen personal y por consecuencia la imagen institucional.

• Perfecciona el perfil personal y profesional del servidor público Policía.

* Es parte de la Promoción 1984 de la ANAPOL

“La verdad y la justicia al servicio del pueblo”