Un hecho que fue percibido por delegados bolivianos asistentes al foro de los BRICS que se cumplió en Brasilia en julio pasado, permitió a nuestro Gobierno percatarse de una posición peruana con relación a la construcción de una ferrovía que uniría el Puerto de Santos en Brasil (Océano Atlántico) con el Puerto de Ilo en el Perú (Océano Pacífico), pero según la estrategia peruana excluyendo el territorio boliviano del mega proyecto.
Hay que recordar que la idea inicial de configurar un Corredor Ferroviario Bioceánico uniendo tres países, Brasil, Bolivia y Perú, correspondió al Presidente boliviano, justamente como una estrategia para dar vida y alto movimiento al Puerto de Ilo, donde el Perú concedió un Puerto Libre a Bolivia, aunque el protocolo para concretar ese fin aún no ha sido aprobado por el Congreso del Perú.
Este asunto preocupante data de tres meses atrás y recién ha sido puesto en la palestra pública, con una insinuación especial del Presidente de Bolivia, cuando se refiere a esa intención del Perú, como “una jugada sucia”.
Claro está que para entender la posición peruana, hay que convenir en que existió una total falta de información, un desconocimiento de la perspectiva ferroviaria porque pretender construir semejante proyecto excluyendo a Bolivia, demandaría un sobre costo ultra millonario para que la tal ferrovía llegue al territorio peruano, partiendo en Brasil y sin pasar por Bolivia.
El hecho técnico de simple visión demuestra que ese proyecto puede ser factible, utilizando buena parte de territorio de Brasil y Bolivia, para llegar con un tramo relativamente corto en el territorio peruano próximo al Puerto de Ilo. No hacerlo de ese modo y pretender “rodear” la parte oriental de Bolivia para llegar al sector Norte, alejado del puerto peruano, sería realmente un gravísimo error estratégico y una inútil inversión, que seguramente no admitirían los responsables del millonario financiamiento.
Esa actitud percibida por autoridades bolivianas y que no han sido aclaradas y menos explicadas por las del Perú, ha creado incertidumbre en el Presidente boliviano que ha calificado el asunto como una “jugada sucia” del Perú. El hecho con seguridad que ha trascendido fronteras y por lo mismo tendrá que conocerse un criterio del Gobierno de Ollanta Humala, pues el gigante proyecto para la construcción de una ferrovía bioceánica uniendo tres países implica una responsabilidad compartida, para obtener beneficios comunes y en esa meta, por supuesto que el Perú tendrá doble beneficio.
El interés que corresponde a Bolivia, es movilizar el mayor flujo de servicios de exportación e importación por el Puerto de Ilo y naturalmente el que concretará Bolivia en la zona de libre comercio que le concederá el Perú, de ese modo se limitarían las operaciones que actualmente se producen por los puertos del norte chileno, el caso de Arica, Iquique y Antofagasta.
El proyectado Corredor Ferroviario Bioceánico Central es ambicioso para unir a través de una ferrovía de 3.500 kilómetros los puertos de Santos en Brasil e Ilo en Perú, con una inversión superior a los 10 mil millones de dólares, que según se sabe podrían ser financiados por el gobierno chino.
Es prudente que algunas dudas sean despejadas, que el Gobierno peruano esclarezca su posición en la materia referente al tren bioceánico, pero además el hecho permitiría también aclarar lo que corresponde al Protocolo de Ilo, un aspecto indudablemente conexo por sus características.
Fuente: LA PATRIA
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