La repetición de la votación general en la comunidad de Willañeque de los Muratos que pertenecen a la Nación Originaria Uru confirmó a su ya electo diputado que junto a los Chipayas, son integrantes de la única nación originaria reconocida en Bolivia, consolida nuestra democracia prevaleciendo el derecho de las minorías como instituye la Constitución Política del Estado Plurinacional Boliviano.
La nueva Constitución, promulgada el 7 de febrero del 2009, reconoce el gobierno propio de las naciones y pueblos indígena-originario campesino en el marco de la libertad, dignidad, tierra-territorio y respeto de su identidad y formas de organización propia, confirmando el derecho de los integrantes de la Nación Originaria Uru, para elegir a sus representantes “según sus usos y costumbres”, como se cumplió con su diputado indígena Santos Paredes Mamani, originario de la Tercera Sección del Municipio de Chipaya.
Ese derecho consagrado en los artículos 2º y 289 de la Carta Magna, dice: “dada la existencia precolonial de las naciones y pueblos indígena originario campesinos y su dominio ancestral sobre sus territorios, se garantiza su libre determinación en el marco de la unidad del Estado, que consiste en su derecho a la autonomía, al autogobierno, a su cultura, al reconocimiento de sus instituciones y a la consolidación de sus entidades territoriales, conforme a esta Constitución y la ley”.
Además reconoce que “la autonomía indígena originaria campesina consiste en el autogobierno como ejercicio de la libre determinación de las naciones y los pueblos indígena originario campesinos, cuya población comparte territorio, cultura, historia, lenguas, y organización o instituciones jurídicas, políticas, sociales y económicas propias”.
Precisa en el Artículo 30-I que refiere al caso de la Nación Originaria Uru, “es nación y pueblo indígena originario campesino toda la colectividad humana que comparta identidad cultural, idioma, tradición histórica, instituciones, territorialidad y cosmovisión, cuya existencia es anterior a la invasión colonial española”. Los Urus son los únicos pobladores del Altiplano Central de Bolivia que vencieron al incario y la colonia, manteniendo a la fecha sus usos, costumbres, idioma y su propia identidad.
Empero esta democracia participativa, no corregirá desatención de las autoridades nacionales y departamentales, ni la ausencia de medios de producción que permita pasar a los urus de una vida de subsistencia a una productiva, ni tampoco devolverá sus tierras y seguirán ocupando su reducido territorio, siendo los más pobres entre los pobres, con niveles de extrema pobreza, situación que afecta a todos los integrantes de la Nación Originaria Uru.
La repetición de la votación fue un ejercicio previsto por la Ley Electoral y sirvió para consolidar al electo diputado Santos Paredes, quien fue antes alcalde del Municipio de Chipaya, puesto que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) Departamental confirmó que el candidato de Unidad Demócrata (UD) venció en los comicios, pero conflictos que se suscitaron en la comunidad de Villañeque, obligaron a convocar a una nueva votación.
El reconocimiento pleno, con todos los derechos y libertades, al legislador indígena constituye un paso fundamental para el fortalecimiento de la democracia boliviana, puesto que la Nación Originaria Uru tendrá un representante en la Asamblea Legislativa Plurinacional, designado según sus usos y costumbres y no impuesto por el favor político, puesto que la postulación de Paredes no constituye una militancia partidaria.
La Nación Originaria Uru está integrada por los Chipayas, Muratos y los Iruhitos, quienes por su situación de marginalidad y falta de atención de las autoridades se ven obligados a migrar al norte chileno, como es el caso los Uru Chipayas, consecuencia de la difícil situación que viven más de 1.200 familias que además en parte fueron ignoradas, cuando en los resultados del censo 2012 sólo figuran 786 de los más de 3.000 chipayas que mantienen viva su identidad, su lengua, su cultura, su vestimenta, por ser los primeros pobladores del Altiplano boliviano y de nuestro continente.
Esta masiva migración puede dejarnos sin identidad a los orureños, puesto que el nombre de Oruro deriva de la palabra Uru-Uru que significa de donde nace la luz, en reconocimiento a esta raza primigenia de América, mientras nuestros vecinos en Chile acogen a los Urus, como expertos agricultores que producen las legumbres, verduras y frutas, al margen de flores para exportación, en la I Región de Tarapacá.
La migración también afecta a los otros dos grupos integrantes de la Nación Originaria Uru, los Uru Muratos que habitan a márgenes del Lago Poopó y los Iruhitos que pueblan en la naciente del río Desaguadero. Así los Urus Chipayas soportan la desatención al extremo que viviendo a las márgenes de los ríos Lauca y Unión Barras, no cuentan con sistemas de riego para sus sembradíos, lo que les obliga a esperar la época lluviosa para “lavar la tierra” y luego sembrar cultivos de quinua y cañahua, que son cereales de subsistencia.
Ojalá todavía estemos a tiempo para evitar esa migración o trasplante masivo de los Urus Chipaya, con el trabajo de su diputado especial, tomando en cuenta que un ofrecimiento del presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales, para darles apoyo y buscar un territorio que les permita desarrollar su actividad agrícola y ganadera a los integrantes de esta etnia que le dio la identidad a Oruro, a Bolivia y nuestro continente.
(*) Periodista
lapalabraencarnada@bolivia.com
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