Hicimos la observación oportuna cuando los partidos iniciaron de manera oficial sus campañas y lo primero que hicieron fue embadurnar la ciudad, ahora a dos semanas de cumplido el proceso, la ciudad sigue mostrando ese saldo negativo de “mugre electoral” como la denominó un dirigente vecinal al reclamar una acción voluntaria de los partidos para limpiar la ciudad.
La acción depredadora del ornato público, afectó muros de edificios públicos y privados, empalizadas de construcciones, jardineras públicas, monumentos y elementos decorativos de plazas y parques, postes de luz y teléfonos en los que se colocaron banderolas que siguen dando mal aspecto.
La autoridad municipal como una advertencia todavía amigable, insinuó que esperaba una acción voluntaria de los políticos para que limpien por su cuenta lo que ensuciaron, pero tal parece que eso no ocurrirá, pues a dos semanas de las elecciones ya podían dar muestras de efectuar campañas colectivas con sus militantes para limpiar los sitios que embadurnaron con afiches o con leyendas de variado color.
Es una esperanza y redundante optimismo de la autoridad comunal, pero la experiencia de otras campañas nos recuerda que tras el evento electoral y la fiesta democrática, lo que queda es la suciedad que ya no limpian los ganadores y mucho menos los perdedores.
Pero no es todo, se sabe que se aplicó, a través de notificaciones especiales, la multa fijada por el municipio ante la infracción cometida de ensuciar la ciudad y que corresponde a un monto de 10 mil bolivianos a cada partido, según lo establece la ordenanza municipal 07/02 que de todos modos tendrá que ser ejecutada con fuerza de ley y autoridad.
Algunos dirigentes políticos trataron de minimizar el asunto, señalando que “algunos partidos no ensuciaron mucho”, aspecto que no se toma en cuenta a la hora de aplicar la sanción por infringir poco o mucho la prohibición, que entre otras cosas debe aplicarse a los cinco partidos que en abierta competencia dejaron sucia nuestra ciudad.
La autoridad municipal ha convocado a los partidos a coordinar una jornada de trabajo conjunto, para limpiar la ciudad, la Alcaldía dispondrá de personal, vehículos y otros elementos propios de limpieza para recuperar por lo menos una mediana imagen de ciudad limpia…pero la respuesta política se deja esperar.
Lo reiteramos, como ya sucedió en ocasiones pasadas la responsabilidad tendrá que ser del municipio, pero sin dejar pendiente la recuperación de las multas, cuyo monto cubrirá el gasto en que incurrirá la comuna para llevar adelante una campaña de limpieza post eleccionaria, que deja su saldo de papel y pintura en buena parte de la ciudad.
Es oportuno el tema para recordar a otras instancias, no precisamente políticas, que existe prohibición para el pegado de afiches fuera de sitios autorizados, que entre paréntesis ya no se sabe cuáles son, pero quienes cometan la infracción igualmente deben ser sancionados, única forma de mantener la ciudad más o menos limpia.
En algún momento se sugirió que la ciudad podría tener una característica parecida a Sucre “la ciudad blanca”, aunque no precisamente del mismo color, pero uniformarla con una combinación de tonos que reflejen optimismo y esperanza. Los colores dicen mucho en la instancia arquitectónica del sentido urbanístico de una ciudad. El tema puede ser motivo de talleres y seminarios con entendidos en la materia para darle un buen color a la ciudad.
Fuente: LA PATRIA
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