Está pasando la efervescencia que originó el cúmulo de errores del Tribunal Supremo Electoral (TSE) con la última elección nacional, aunque falta un mínimo resultado por escrutar en cinco mesas que mayormente no influirá en los resultados ya establecidos al 99 por ciento del recuento y la ciudadanía parece apaciguarse, aceptando interiormente las disculpas del organismo electoral por los errores cometidos.
La posición de los vocales del TSE de admitir sus errores aunque en algunos casos con disculpas poco “digeribles”, lo evidente es que hubo fallas, enmiendas también, por lo mismo existió un proceso con muchos errores que crearon susceptibilidades en el electorado nacional.
El problema detectado corresponde a “fallas técnicas en el sistema informático del órgano electoral”, claramente establecido como parte de la investigación interna que realizaron los propios vocales, para llegar a tal conclusión y convenir en que, “hubo buena intención para informar con rapidez sobre los resultados, pero la falla técnica impidió los buenos propósitos”.
El hecho según algunos analistas es “cosa pasada”, pero no por eso olvidada o simplemente manejada bajo presiones políticas, lo cierto es que el incidente sucedió y pasó, pero entendiendo que algunos errores no fueron técnicos y son de responsabilidad de los vocales, es que debe realizarse, una auditoría general al trabajo del TSE y con el informe pertinente aplicar lo que corresponda en materia de sanciones y recomendaciones.
Los partidos de oposición que fueron afectados por los errores, decidieron una demanda conjunta en contra de los tribunos electorales, la misma que será interpuesta ante organismos internacionales, adjuntando una enorme cantidad de pruebas que muestran los errores cometidos. Demandan además la renuncia de los vocales del TSE.
Sobre el tema y a ésta altura de tiempo, cuando octubre está a poco de concluir, quedarán cuatro meses por delante para encarar un nuevo ejercicio electoral en el mes de marzo, de acuerdo a previsiones iniciales sobre el asunto, de modo que hay que trabajar de cara a nuevo proceso en el que se elegirá a titulares de las gobernaciones y los municipios.
Sobre el tema, dirigentes políticos y analistas coinciden en el hecho de que se justificaría una auditoría general, pero eso supone un periodo de tiempo que no será menor a tres meses, en tanto los tribunos observados no podrían ejercer funciones para encarar el nuevo proceso de marzo venidero.
Se considera, por otro lado, la posibilidad de efectuar una reorganización del Tribunal Electoral, habida vista, dicen de conflictos internos en el organismo que serían parte importante de los problemas que allí se confrontaron, por lo mismo un reajuste podría “rehabilitar” a los funcionarios y recuperar la credibilidad perdida ante el electorado.
El asunto es complejo porque además los vocales descartaron la posibilidad de “dimitir voluntariamente” y piden al sector político que prueben las denuncias efectuadas, señalando que están prestos a “rendir informes en cualquier instancia”.
El asunto de momento está en esa instancia. El TSE sigue en función, uno de los vocales fue cuestionado por el propio Presidente del país por ser causante de una “división interna en el organismo”. El afectado señaló que renunciará si el organismo que lo propuso se lo pide.
Es menester que los organismos superiores definan la situación del TSE, frente a la necesidad de encarar un nuevo proceso eleccionario, pero que tenga las garantías suficientes para validar su legitimidad, de lo contrario las dudas que pesan sobre la institución electoral podrían invalidar su trabajo.
Fuente: LA PATRIA
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