Pasaron las elecciones y el pueblo (llamado en estas ocasiones; el soberano) eligió, aparentemente sin mayores problemas y en total libertad.
Hubo un partido ganador y otros perdedores, como suele ocurrir en la llamada democracia. Los frentes perdedores tuvieron que aceptar la derrota, acaso circunstancial o quizás definitiva en algunos casos. Por su parte el frente ganador, aún muestra su orgullo de manera exultante y soberbia, argumentado tener el único plan de gobierno y, por poco, no nos dicen que son los elegidos de Dios. En fin cada pueblo elige los gobernantes que se merece y solo es de esperar que haya mucho criterio y menos soberbia a la hora de gobernar.
IRREGULARIDADES
La aparente normalidad en que se desarrollaron los comicios, se rompe a pocas horas de concluidos los mismos por las denuncias de frentes de oposición, además de evidentes irregularidades en muchas mesas, a lo ancho y largo del país.
El oficialismo argumenta que esos “pocos" casos, no mellan la holgada victoria obtenida. Esto es evidente, pero... de todas maneras manchan (aunque las manchas sean pequeñitas) lo que debiera haber sido una límpida y cristalina votación, amén de contar con los recursos tecnológicos informáticos cibernéticos del tiempo actual.
Muchos meses atrás ya se veía (y era tan evidente) la parcialidad del Tribunal electoral con el oficialismo. Esta parcialidad se acrecentó y se hizo a momentos, ya sin ningún disimulo, al aproximarse el día de elecciones.
Aún así, vale resaltar la enorme valentía de los cuatro frentes opositores que muy menguados en posibilidades económicas y para quienes el tribunal hacia oídos sordos al tratarse de denuncias, supieron dignamente preservar lo que aún nos queda de democracia, presentándose en desigualdad de condiciones y con el árbitro en contra.
TRIBUNAL SOBERBIO
Fue el mismísimo Tribunal que se puso la soga al cuello, al anunciar que tendría los resultados totales a pocas horas de cerradas las mesas, pese a que la ley les otorga varios días. Se comprende un afán de aparecer ante la población como muy eficientes y expertos en el manejo informático, pero a la hora de la verdad se notó que aquellos expertos que dominaban las computadoras no debieron haber sido sustituidos por militantes de partido.
Anuncios de resultados que luego de unas horas eran cambiados, no parecen demostrar que se está utilizando tecnología (¿se habrá utilizado el satélite?). Que alguien haya votado más de una vez con el mismo número de carnet o que en una mesa se haya excedido el número de manera absurda; no le hace bien al tribunal y menos a la democracia.
Estando cercanas ya otras elecciones locales y departamentales, se hace nomás urgente algunos cambios en el ente electoral, caso contrario, Dios salve a Bolivia.
Se arremetió con todo el poderío del Estado hacia la débil y dividida oposición, en un intento de exterminio total.
Luego del triunfo y en balcones de palacio don Evo invitaba a la oposición a unirse para trabajar por Bolivia. Interesante, por cierto. La oposición también tiene ideas acertadas para la patria, pero ¿serán escuchados y tomados en cuenta por la aplanadora y la soberbia del MAS?. Por supuesto que no, entonces el discurso de don Evo en el balcón del palacio quemado era sólo eso, un discurso de balcón.
(*) Licenciado en Comunicación Social
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