Consolidado el nuevo mandato del Presidente Morales debido a su re-reelección el pasado 12 de octubre, ahora corresponde que, efectivamente, se cambie adoptando la premisa que se anunció a principios de 2006 en sentido de cambiar conductas, procedimientos, actitudes, políticas negativas que haya habido en el pasado y otras conductas que, se dijo, deben cambiar.
La verdad es que en nueve años no se cambió nada porque no quisieron cambiar su modo de ser, pensar, obrar y conducir quienes debían proceder a los cambios. Que se aprobó una nueva Constitución y que, conforme a sus articulados se aprobaron nuevas leyes, innegable; que se manejó la economía nacional muy discrecionalmente, nadie podría negarlo; que se nacionalizaron empresas del capital privado extranjero, también se lo hizo; que en vez de nacionalizar o estatizar o privatizar las empresas del petróleo, sólo se anunció cambio de contratos para introducir nuevas condiciones, modalidades, etc., es evidente; que se han construido algunas carreteras, también es cierto; pero, que se hubiesen construido obras de envergadura, muy poco.
Pero, ahora no es bueno ni conveniente “llorar sobre la leche derramada”; ahora, para el lapso de cinco años, se presenta el tiempo de rectificaciones, correcciones, perfeccionamiento de obras realizadas; cambio de conductas en lo referido al manejo de la economía y, sobre todo, evitando gastos dispendiosos del dinero del Estado. Hay mucho por hacer y demasiado por rectificar y ello tiene que reconocerlo el gobierno; de otro modo, estaría actuando en contra de sus primigenias intenciones propaladas en inicios del año 2006 y, en casos, ratificadas en el correr de los años.
Hay hechos que han sido consumados y que, de ser posible, deben corregirse, enmendarse y, en casos, rectificarse conforme a los intereses nacionales. Y un ejemplo es el caso de definir políticas económicas del gobierno que pregona un anticapitalismo que él nunca ha practicado porque si hay un país netamente capitalista en Latinoamérica es Bolivia. De todos modos, es conveniente, racional y honesto rectificar esa posición sabiendo que se está “hasta el cuello”, como parte indivisible de ella.
Se han construido canchas en todo el país “con destino a la niñez” una niñez que no las aprovecha del todo y que, en su mayoría está destinada a sindicatos y partidarios del partido de gobierno. Se anunció la fundación de industrias como Papelbol, industrialización del litio, caso Mutún que está prácticamente abandonado; industrialización de materias primas que sin valor agregado exportamos. Hay que ver las políticas del gas y si su disponibilidad cumple con la Constitución que establece atención prioritaria al consumo nacional antes que a las exportaciones que sólo debían hacerse con los remanentes de la producción; en fin, hay mucho que cambiar en las políticas personales desterrando la soberbia que no acarrea nada.
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