Como consecuencia de la ampliación del aeropuerto Juan Mendoza de Oruro, con características de operación internacional, hay algunas modificaciones en el trazo particularmente de sus franjas de aterrizaje o despegue, para permitir las maniobras de grandes naves aéreas comerciales.
En la actualidad y desde que se inauguró el aeropuerto orureño, se sabe que algunas empresas aéreas de pasajeros utilizan sin inconvenientes la ampliada pista de aterrizaje, sin embargo algunos técnicos habrían sugerido extenderla por lo menos 100 metros más, para permitir la llegada y salida de aviones de mayor envergadura, especialmente comerciales que han pedido permiso de actividad, pero han observado la corta extensión en las franjas de rodaje.
Naturalmente que este es un asunto específicamente técnico en materia de organismos de aeronáutica que lamentablemente no han sido explicados de manera práctica para justificar que la extensión de la pista debe ser hecha en el extremo sur de la misma, lo que obliga a un corte en una avenida de doble vía y la construcción de un viaducto que permitiría extender la pista de 300 a 400 metros, obra cotizada – de momento – en 58 millones de bolivianos.
Para algunos profesionales de ingeniería, el tema es cuidar aspectos de seguridad y un significativo ahorro en el costo de obras, por lo mismo que se preguntan cuáles son las razones concretas para que esa ampliación no pueda efectuarse en el extremo norte del aeropuerto, donde seguramente sólo se consignarían gastos en la construcción de la pista de rodaje y se evitaría el gasto de lo que significa construir un viaducto, además de abreviar un cúmulo de molestias y contingencias adversas a miles de vecinos, incluyendo al sector del transporte.
La obra global, ampliación de la pista y construcción del viaducto se extendería por un lapso de 450 días, más de quince meses, sin contar con las demoras que puedan presentarse alargando el tiempo del proyecto con los perjuicios a la vecindad en general.
Actualmente se observa algún movimiento de tierras, habilitación de vías paralelas en larga extensión, pero también la resistencia de los vecinos que han planteado una explicación técnica que justifique encarar ese proyecto que de algún modo “entrañará riesgos para los vecinos del sector” teniendo a pocos metros viviendas, con muchas familias, operaciones aéreas ruidosas y altamente peligrosas.
Se sabe que el proyecto está aprobado, pero siempre existe una posibilidad de encarar su revisión técnica, si no se justifica plenamente su realización o si existen otras opciones que técnica y económicamente son viables y de menos complicaciones. En todo caso el contrato está vigente, corresponde a la modalidad “llave en mano” y con la empresa que tuvo que ver con el trabajo de ampliación del aeropuerto que todavía no está concluido a plenitud, ni fue entregado como corresponde.
Instituciones departamentales y especialmente profesionales, han sido convocadas a pronunciarse sobre este proyecto, en función a las dudas y objeciones de sectores vecinales, el prolongado tiempo de las obras, un periodo lluvioso y el obligado uso de rutas alternas que no siempre tienen las seguridades y comodidades a que tienen derecho los vecinos, especialmente si se trata de trabajos en el espacio público urbano.
Sin pretender alterar la medida de ampliación de la pista de aterrizaje del Aeropuerto “Juan Mendoza”, recogiendo el sentir vecinal y opiniones de profesionales, no está demás insistir en una revisión del proyecto para aprovechar el amplio espacio en la punta norte del aeropuerto.
Fuente: LA PATRIA
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