Esta palabra " fraude", tiene un amplio espectro cognoscitivo en el idioma castellano: a) Acción contraria a la verdad, a la legalidad y a la rectitud. Beneficia a una persona, a un colectivo político o sindical: y al mismo tiempo los convierte en impostores y delincuentes. b) El fraude electoral es la depredación violenta de las ánforas y la falsificación de las actas de escrutinio, de las mesas electorales; La Corte Suprema de Justicia puede tipificar este delito como alta traición a la Patria, porque burla y tuerce, con mala intención, la voluntad patriótica de un Estado, Nación o República. El voto es secreto, inviolable y sagrado, en él van representados los más altos valores cívicos de cada ciudadano; la persona que disciplinadamente asiste al recinto electoral deposita en el ánfora la ilusión el de una Patria mejor y el derecho de elegir al candidato que puede lograr el cumplimiento de sus esperanzas.
En el pasado hubieron mandatarios que enajenados por la codicia del poder y lo fugaz de la gloria humana, recurrieron al fraude y convertidos en impostores gobernaron contra la voluntad de su pueblo. El abuso del poder y la soberbia de muchos reyes destruyó a las monarquías, y hoy, en el presente la Democracia está siendo salvajemente atacada por el despotismo, la injusticia, la corrupción, el narcotráfico, la depredación maderera y minera descontrolas. Y un derroche de propaganda impositiva que oculta la realidad.
El fraude es mortal para la democracia y para la dignidad de un gran líder, invalida todos sus títulos y u “honoris causas " y los convierte en “causas vergüencis”. Recurrir al fraude es el peor error de un presidente hablando en oro, le quita el honor de ser llamado "Su Excelencia" Su triunfo tiene sabor a derrota, los aplausos y los discursos se convierten en bofetadas, la medalla y la banda presidencial aumentan la carga insoportable de su conciencia. "De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo: si pierde el valor de su alma”.
Los compatriotas que viven lejos de su terruño, allende los mares, donde se agigantan los gratos recuerdos y el amor a su Patria Bolivia, confían en que su voto será respetado por la Corte Electoral, como un granito de arena, en la constitución de un nuevo gobierno temeroso de Dios, fundamento eterno de la sabiduría.
La filosofía de la investidura prescribe: la dignidad en la política es el mayor éxito de un líder. Y el Libertador Simón Bolívar añade: "La mejor política es la honradez”.
El día de las elecciones, es como una piedrecita blanca que, señala un nuevo periodo gubernamental en la historia nacional de cada país, y está siempre amenazada por la ilegalidad gubernamental, que es el fraude electoral por un lado, y la compra de votos que puede venir de algún partido auspiciadlo por intereses antipatrias o extranjeros.
Un Día de fiesta democrática, deben ser tas elecciones. La ciudadanía electoral boliviana siempre ha dado muestras de un alto espíritu cívico, disciplina y respeto. Y todos esperamos, como en las finales de un mundial que el “Balón de Oro”, Dios mediante, se le entregue al mejor. Es bien aconsejable irse cuando todavía a uno lo quieren.
La Corte Suprema Electoral, así como la Corte Suprema de Justicia son muy valiosas para la vida política y la convivencia social de nuestra amada Bolivia; tanto así que, todos los funcionarios de estas instituciones deben repetirse, cada día: “recuerda que eres mortal", todo lo que es verdadero y noble, todo lo que es justo y puro, todo lo que es amable y digno de honra ; todo lo que merezca respeto y elogio debe conducir vuestros actos; así la paz de Dios y su bendición estarán siempre con ustedes.
(*) Ex Vocal del Comité de Disciplina Sindical del Magisterio Paceño
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