El electorado boliviano cumplió su deber cívico para preservar la democracia y sostenerla en el tiempo y el espacio, para que nunca más se repita ninguna asonada que vulnere los derechos y las libertades ciudadanas, pero también para que se cumplan las promesas de dotar a la comunidad de las condiciones apropiadas para vivir mejor.
De eso se trata, unos prometen buscando apoyo electoral, el colectivo ciudadano decide con su voto por una opción en plena libertad y entonces define la elección de sus gobernantes, con la certeza de que serán cumplidas las ofertas que perfilaron los políticos para salvar las dificultades que todavía persisten en el país.
El asunto va por el logro de fuentes de empleo seguras y con salarios justos, es la base del sostenimiento de un hogar en condiciones de dignidad, es decir sin sacrificios extremos para salvar las obligaciones de alimentación, salud, educación, vestimenta y esparcimiento, factores ineludibles en materia de bienestar social y que han sido remarcados en las acciones proselitistas.
Claro que en cada uno de esos componentes del entorno familiar están precisamente los planes de asistencia financiera o técnica, por ejemplo, para mejorar los niveles de alimentación familiar, el desarrollo de proyectos de saneamiento básico en los barrios con dotación de agua potable, alcantarillado, luz, calles transitables.
Hay necesidad de contar con más centros hospitalarios de tercer nivel, construcción de más centros educativos, cómodos y seguros, demás está decir que se complementará el proyecto social de cambio con impulso directo del Estado gobernante a los proyectos departamentales establecidos para elevar el nivel social de toda la comunidad.
Si bien se ha generado avances en proyectos de desarrollo nacional, no ha sucedido lo mismo con programas de orden departamental, el caso de Oruro es particular. Sigue pendiente una reactivación de la minería regional, disponer con voluntad política la concreción del Puerto Seco, la instalación del Parque Industrial, reponiendo además las condiciones propicias para retomar la condición de “Centro Ferroviario” del país vía insustituible en la perspectiva de los corredores bioceánicos, terrestre y ferroviario aprovechando la ubicación geopolítica de este departamento.
Es cierto que no han existido ofertas concretas sobre estos temas, pero si las de perfilar proyectos regionales que permitan enlazar la cadena del verdadero desarrollo productivo del país, tomando en cuenta que justamente en Oruro se vislumbran grandes posibilidades para mejorar la producción alternativa de quinua, camélidos, ajo y otros productos que necesitan apoyo financiero para colocarse en adecuados niveles de competitividad en un proyecto para la diversificación de la economía autónoma del distrito.
Se ha dado un importante paso en la democracia participativa nacional, la ciudadanía ha respondido con seriedad a su compromiso de preservar la democracia y elegir el gobierno que concrete sus planes de desarrollo con sostenibilidad.
El ciclo político nacional ha transitado una vez más por una prueba elemental en materia de responsabilidad ciudadana. El índice de concurrencia a las urnas ha tenido algunas variantes con relación a los anteriores procesos y ese hecho, según los expertos y analistas, se debe justamente al incumplimiento de las promesas, muchas que se arrastran de la gestión que se acaba y que siguen como parte de la esperanza ciudadana para el nuevo periodo. Ahora se exige su cumplimiento.
Fuente: LA PATRIA
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