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Domingo 12 de octubre de 2014

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Cultural El Duende

El escriba otra vez

12 oct 2014

Yo soy otra vez sí el escriba de pie

-Con un corazón que empieza a herrumbrarse

–Por decisión de los dioses inalcanzables.

–Escribo así y aquí para simplemente tozudamente

––Respirar en la memoria de algunos otros

–Pues en este pincel o cálamo o lápiz están

–Las crónicas las tachaduras los gestos los silencios

-Las soledades los trazos las dudas los cánticos

–De todos los escribas de pie que ya han sido

–De todos los que son de los que quizá

––Resuelvan su intención de nacer.

–Escribo solo palabras porque ya no importan

–Ni estas ni ningunas palabras pues hubo hay habrá

-Otros escribas de fáciles grafías

–De versos que riman con el verbo poder

–Con el verbo usura

––Con el verbo complacencia

–Con el verbo sí señor

–Con el verbo engaño

-Con el verbo estatua

Con el verbo comodidad

-Con el verbo mercado

–Con el verbo corrupción.

–Mi pluma viva o estilete o péndola o cincel

––Aún siente el temblor de los misiles que calcinaron

–Las entrañas de Kosovo y de Bagdad.

–Y la tableta de barro o la hoja de seda o el fino papiro

-O el suave pergamino o la fúlgida pantalla o el vulgar papel

–Quieren expulsar la costrosa sangre de los dos cientos mil

–Prisioneros que ordenó decapitar Qin Shi

––Y el sudor de las naciones que extinguió la ira de Yaveh

–Y la orina de las niñas borradas por el napalm

–Y la saliva de los desaparecidos en las playas del Sur

-Y el aliento de los poetas enterrados vivos en los desiertos de Alá

–Y el hedor de los veinte millones de kilos de tripas que Ruanda trituró

–Y el rumor de las nunca enfriadas cenizas de Hiroshima

––Y el excremento de los veinte mil esclavos que Roma encajó en su cruz

–Y que no eran hijos de Dios

–Y la piel de los negros incendiándose en los altares del Ku Kux Klan

-Y el ardor de los pechos que el cuchillo de pura obsidiana partió.

Estas meras palabras de un escriba sencillamente no podrán

-Dar su voz y su hálito a la tantísima humanidad sacrificada quemada

–Gaseada desmenuzada ahorcada castrada violada vejada vaciada

–Quebrantada expoliada fusilada guillotinada burlada olvidada asesinada

––En Granada en Treblinka en Madrid en Tenochtitlan en Cincinnatti en Canudos

–En Santiago en Moscú en Angola en Guatemala en París en Buchenwald

–En Etiopía en Kabul. ¿Solo ahí? ¿Solamente ahí?

-Yo el escriba con mi yo me levanto

–Al costo de este usado cuerpo y digo que no quiero respirar

–Adentro de las palabras

––Porque en cada migaja de cada una de estas tierras

–Y de cada una de estas aguas

–Hay restos de úteros de novias humilladas

–Hilachas de pellejo infantil

Fragmentos de prepucios y de lenguas

-Uñas mutiladas y ojos coagulándose

–Nervios atomizados que el verdugo arrancó.

–Y yo el escriba otra vez con sus yoes a cuestas

––Nada estoy diciendo de las banderas mordidas por la sombra

–De las cucharas con su cruda hambruna

–De los platos con su sucia sed

-De las tortillas oxidadas y los panes enfermos

De las cruces marchitas y los templos malolientes

-De las monedas y los cheques y las tarjetas de plástico

–Multiplicándose y pudriéndose.

–Porque nada quiero decir:

––Siempre es difícil hablar como cantando.

Saúl Ibargoyen. Escritor uruguayo, 1930.

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