Estos últimos días hemos tenido oradores de diferentes grupos sociales, de partidos políticos, candidatos, parlamentarios, de instituciones cívicas, sociales, sindicales, autoridades, haciendo buenos discursos, con buena elocuencia, pero muy pocas personas escuchan. La vida democrática nos exige que vivamos entre grupos sociales, comunicándonos, con nuestras diferencias, derechos, pero con respeto mutuo. Saber escuchar y dialogar es muy difícil.
Si escuchamos sólo lo que nos interesa, la parte que no nos interesa, damos muy poca importancia, el criterio individualista no nos permite escuchar a la parte contraria sus pensamientos, ideas, decimos nuestra opinión como una verdad única, indiscutible, nosotros tenemos la razón, la parte contraria no tiene razón, todo es malo, en esta forma de proceder, se manifiesta el egoísmo, que tiene dominio en cada uno de nosotros.
A las personas nos falta aprender a escuchar, tener conciencia, no estamos en la parte consciente de la otra persona, estar en su casa, para comprender su realidad, sus problemas, opiniones, defectos, intereses, su alegría, tristeza, éxitos. La realidad de la vida nos muestra que cada persona tiene sus defectos y virtudes, y lo que nos falta más es desarrollar nuestras virtudes.
Por la ausencia de comunicación sincera, diálogo y escucha, tenemos problemas latentes, como la miseria, desocupación, la violencia social, maltrato a las mujeres, discriminación, amenazas, insulto, difamación, la drogadicción, el narcotráfico, el contrabando, corrupción, la soberbia de los jerarcas.
La realidad, resulta difícil saber escuchar, no queremos comprender, nos escapamos de la conversación, del diálogo, solo nosotros queremos hablar, y no dejamos que hablen la parte contraria, para poder escuchar hay que estar en casa, conocer su realidad, sus problemas, sus alegrías, normalmente el individuo, el sujeto, la persona, anda sólo, fuera de casa, no puede comunicarse, ni escuchar, ni hablar. Las personas para escuchar tienen que estar muy relajadas, sin ninguna tensión nerviosa, tensión de los músculos, no debemos olvidarnos del ser, de la persona, cuando estamos nerviosos cometemos muchos errores.
Cotidianamente se observa muchos problemas, amenazas, marchas, huelgas, bloqueos, debido a la falta de diálogo sincero y escucha, la gente quiere que se le escuche sus demandas, necesidades, dificultades, intereses, y las autoridades están en la obligación de escuchar. Para desarrollar el hábito de escuchar, uno no tiene que olvidarse de sí mismo, lo más grave es olvidarse de sí mismo.
En el ámbito sindical, cuando se realiza una asamblea, los trabajadores tratan sus temas, problemas, practicando la crítica, autocrítica, evaluación, la autoevaluación, el análisis reflexivo, aceptando sus errores, para luego superar y proyectarse hacia el futuro para lograr sus objetivos reivindicativos de carácter social y económico.
A falta de diálogo y de escucha provocamos, convulsionamos conflictos sociales, muchas veces difícil de solucionar, no es lo mismo la escucha personal, que colectivo, cada persona escucha parcialmente, de acuerdo a sus sentimientos, la escucha debe ser personal, pero también en comunión. La escucha tampoco debe estar condicionada, predeterminada, desviada, la persona debe ser tolerante y flexible.
Para generar nuevos conocimientos debemos saber dialogar, escuchar, aprender a escuchar, para descubrir lo nuevo, debemos vivir de momento en momento, porque la verdad es desconocida, nuestra vida debe estar libre de prejuicios, de preconceptos a fin de comprender. El aprendizaje en la escuela debe ser significativo, importante, profundo, es necesario aprender a vivir, corregir nuestros sentimientos, nuestra conducta, pensamientos. De nada sirve ser un gran profesional académico sino sabemos dialogar, conversar, escuchar, para descubrir lo nuevo. Las mentes toscas, rudas, deterioradas, degeneradas no saben escuchar, sino imponer verticalmente, como si sólo ellos existieran en el mundo. La mente degenerada, con prejuicios, con orgullo, vanidad no sabe escuchar, ni dialogar y no acepta lo nuevo.
El desarrollo de la sociedad en el ámbito económico, social, político, cultural, es procesual, no tiene fin, por eso es necesaria la comunicación permanente. Las futuras autoridades en el país están en la obligación de fomentar en el país, el diálogo sincero, escuchar al pueblo, a los trabajadores, responder con realidad, sin ocultar, sin falsear los hechos, comprometerse con la población, para combatir la pobreza, desocupación, narcotráfico, contrabando, la corrupción, el prebendalismo mercantilista que tanto daño hace a nuestra sociedad boliviana.
En las escuelas, colegios y universidades debe enseñarse a aprender a dialogar, conversar y escuchar, la crítica reflexiva. La mente interior, la conciencia es fundamental para conocer la verdad, para crear nuevos conocimientos, manteniendo buenas relaciones entre todos los ciudadanos.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.