Los alteños, recordarán la masacre de octubre de 2003 que dejó más de 70 muertos que se movilizaron para impedir que el gas sea exportado a Estados Unidos (EE.UU.) por puertos chilenos, en medio de las elecciones presidenciales que se desarrollará en el país en el exterior.
Pasaron 11 años de la represión de aquel 11 de octubre, ordenada por el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, deja el saldo de varios muertos en Warisata y en El Alto se registran al menos tres personas mayores fallecidas y un niño por el disparo de armas de fuego por parte de efectivos militares.
Desde la mañana del 12 de octubre de 2003, se registran violentos enfrentamientos entre militares que disparaban armas de fuego y vecinos que llevan palos y piedras en las zonas de Ballivián y Senkata. El conflicto se traslada a Río Seco, Villa Ingenio y Villa Tunari. Además, otro contingente de militares hizo uso de armas de fuego y gases lacrimógenos en las zonas de La Portada y Alto Pura Pura.
Los alteños relataban por medios radiales y algunos canales de televisión porque otros sólo difundieron películas durante todo ese día, la impotencia de no poder socorrer a los heridos y muertos, debido a que la refriega continuaba. Los movilizados contabilizaron ese día más de 20 de muertos y más de una decena de heridos por disparos de arma de fuego.
Carlos Rojas, es dirigente de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) de El Alto, explicó que las más de 70 vidas que han sido masacrados marcaron la agenda de octubre de 2003 que no sólo fue la no exportación de gas a EE.UU., la asamblea constituyente, sino también la verdadera nacionalización de los hidrocarburos. Además demandó la extradición de Sánchez de Lozada y sus ministros para que sean procesados en el país.
“Ese día hemos usado carretillas y carros para llevar a los heridos pero la gente estaba decidido a luchar pero los militares disparaban desde un helicóptero. Los militares han entrado desde la ex Tranca (de Río Seco) y recuerdo que hemos alzado en un carro a cuatro muertos y los hemos velado en la calle”, recordó Rojas.
Las movilizaciones sociales de octubre de 2003 dejaron el saldo de más de 70 personas fallecidas y más de 400 heridos en El Alto, la región paceña de Warisata, la zona de Ovejuvo en La Paz y una persona muerta en San Julián, a causa del enfrentamiento entre colonizadores y militares.
Los heridos
relatan sus historias
Luís Villca Gavincha
“Este puente que vemos de Río Seco es testigo mudo de los hechos de Octubre de 2003. Un 12 de octubre de 2003 estaba minado de militares como si tuviéramos armas para defendernos; sin embargo, hemos sido masacrados los alteños. Mi persona ha caído a dos cuadras de la planta de alta tensión de Río Seco. Era domingo al medio día, cuando un camión estaba descargando entre 60 a 70 “dálmatas” en una esquina y me encuentro con un militar agarrado de su fusil que estaba cansado que habría llegado de algún Regimiento de provincia, entonces, me lance al militar. Cuando forcejeamos por unos 15 a 20 minutos, el militar, se sentía vencido, ordena disparar a sus camaradas y seis dálmatas se acercan y me disparan en el muslo derecho que tiene una entrada y salida.
Mi persona ha caído pero los militares cobardemente me rematan en el ojo poniéndome el fusil que tiene una entrada en el ojo y (la bala) se alojó en el cerebro. Quiero decir que no encontramos justicia. Hace años era alegre y vivía feliz en mi hogar, ahora me siento aislado de la sociedad por eso ha cambiado mi vida. Las víctimas de octubre hemos quedado olvidados porque nadie se recuerda de nosotros”.
Victoria Choque
“Mi marido, Vicente Pari Mamani, ha sido herido en la cadera en la ex Tranca (Río Seco) porque le han disparado los militares.
Él estaba tres años mal, estaba agonizando y se ha muerto. Me ha dejado
con seis hijos. Para nosotros no hay justicia, no hay quien me ayude a criar a mis hijos y las autoridades se han olvidado de nosotros. Tiene que haber justicia”
Julio Ramón Mamani Quispe
“Tengo 30 años, un 12 de octubre yo estaba en la zona Ballivián, ahí fui herido en el brazo derecho. Pasó el helicóptero y los militares estaban sobre la autopista pero los disparos vinieron desde el helicóptero. Me hirieron en el hombro derecho y me llevaron a la Plaza Germán Buch y luego al Hospital de Clínicas.
Ya no es lo mismo, antes estudiaba pero me perjudiqué un año desde esa masacre, ya no puedo jugar por el dolor que tengo en la mano. Hasta el momento, las autoridades no se recuerdan de nosotros, la justicia boliviana no es transparente porque para aquellos que tienen dinero hay justicia y para nosotros no hay. Desde hace cinco años, los heridos de octubre seguimos clamando justicia. Hasta el momento para nosotros no hay justicia”.
Fuente: La Paz, 11 (ANF).-
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