El tiempo transcurrió inexorable y llegó el día clave, el día de elecciones como una muestra de la vigencia plena de la democracia en nuestro país, aunque existan ciertos reparos a la forma en que llegamos a este acontecimiento especial y que como algunos políticos lo califican es fiesta democrática.
Pasó el tiempo de la preparación del evento, con una buena cantidad de entredichos producto de varias denuncias, desconfianza de políticos y algunos errores cometidos y admitidos en el organismo electoral, pero la fecha fijada en el calendario está latente y este día corresponde al soberano, al pueblo, al boliviano habilitado ejercer su derecho a elegir a los principales responsables de gobernar el Estado nacional.
La manera más sencilla, pero al mismo tiempo de alta responsabilidad, es elegir a través del voto secreto a los gobernantes, Presidente y Vicepresidente, pero también a los parlamentarios que deberán expresar, en las dos cámaras, la voluntad popular para satisfacer expectativas ciudadanas en busca de mejores condiciones de vida.
Llegar a ésta instancia, significa para muchos exponer en la papeleta multicolor y multisigno, su posición política ideológica y partidista. En otra instancia el voto de hoy responderá a una reflexiva decisión ciudadana, tras analizar las propuestas de los candidatos y separar la que más condice con las ansiedades e inquietudes de personas y familias.
Es importante que cada ciudadano asuma su deber y su derecho democrático concurriendo a los recintos electorales, cumpliendo las disposiciones y emitiendo su voto. La ley reconoce tres tipos de voto, el elector puede votar marcando en los cuadros de sus candidatos preferidos, puede optar por no marcar ninguna casilla, es lo que se reconoce como el voto blanco, que también es una opción legal y los jurados electorales considerarán el voto nulo si el elector marca fuera de las casillas o escribe o tacha fotos o emblemas, ese voto no se toma en cuenta.
Lo importante es que el ciudadano esté seguro de haber emitido su voto secreto en absoluta confidencialidad, de modo que al depositar su papeleta en la urna esté seguro que su decisión será tomada en cuenta en el recuento de los votos válidos y será parte de las cifras globales que definirán el apoyo por unos e implícitamente el rechazo de los otros.
En nuestra nación se ha evolucionado positivamente y hace nada más que dos días atrás recordamos la vigencia de 32 años del restablecimiento de la democracia tras varios años de procesos atrabiliarios, en dictaduras militares y complicidad de civiles vulnerando las libertades y los derechos ciudadanos.
El valor del voto es el valor de sostener la democracia. No hay ninguna forma más acertada y con la legalidad del caso que sustituya a una elección por voto ciudadano, es decir el voto universal, en el que también se incluye la mujer y los jóvenes desde los 18 años. Un conglomerado que hoy debe concurrir a las urnas para ejercer su derecho, cumpliendo el deber ciudadano.
Verdaderamente este será un día de fiesta para renovar la vigencia y el respeto a la democracia, a los valores y los derechos humanos. La decisión de quienes voten hoy, determinará el futuro de nuestro país. Suerte y que sean elegidos los mejores. Bolivia merece un gobierno de unidad para alcanzar sus objetivos de bienestar.
Fuente: LA PATRIA
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