Miercoles 08 de octubre de 2014
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En días más, se efectuarán las elecciones para Presidente, Vicepresidente y diputados uninominales, y no así para diputados plurinominales que ya han sido designados “a dedo” por sus jefes partidarios: un acto electoral que, se espera, sea repetición en corrección, civismo, disciplina y asistencia a los recintos electorales; un acto en el que es preciso que se eviten las discordias y enfrentamientos de los que apoyan a las candidaturas y, muy especialmente, por parte de militantes del partido de gobierno.
El acto electoral implica la obligación del voto porque nadie debe rehuir el asistir a los recintos para sufragar. El sufragio mediante el voto implica elección de las autoridades que gobiernen el país conformando los dos poderes del Estado como son el Ejecutivo y el Legislativo. Votar es un derecho ciudadano; es decir, de todos los hombres y mujeres que se encuentren inscritos en los Registros Electorales a partir de los 18 años.
El votar es un deber cívico que se debe cumplir y, así el voto no sea por algún candidato, sea blanco o nulo (extremo este último que habría que evitar), el hecho de cumplir con las leyes implica mucho para el país porque significa que es la ciudadanía que elige a sus autoridades aunque muchas de ellas decepcionen y frustren a la comunidad nacional porque no sepan cumplir a cabalidad la misión de servicio que reciben con el voto.