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Miercoles 08 de octubre de 2014

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Suplemento Policial

La ética y la moral en la profesión policial

08 oct 2014

Por Cnl. Desp. René Martín Rojas Rojas

En las relaciones cotidianas de los individuos, surgen constantemente problemas que afectan no sólo a la persona que los crea, sino también a otra u otras personas que sufrirán las consecuencias. En la actualidad muchas profesiones están confrontando hechos amargos de situaciones que van contra la ética, la moral y las buenas costumbres, pues con frecuencia se oyen noticias de jueces y abogados prevaricadores, médicos acusados de negligencia, ingenieros y constructores que no hacen nada para prevenir accidentes de trabajo, militares que maltratan a conscriptos, comerciantes sin escrúpulos, además de añadir robos, homicidios, feminicidios, violencia sexual, narcotráfico, etc., donde los policías no quedamos exentos de este tipo de problemas; entonces las conductas antiéticas o contra la moral, tocan el centro mismo de la supervivencia como sociedad organizada.

Mencionemos algunos problemas éticos-morales, que afectan negativamente el desempeño laboral, ya que como servidores públicos además de ser los encargados de hacer cumplir la ley, debemos conocerlos con el solo propósito de desecharlos de nuestra conducta diaria en cumplimiento de las funciones:

Abuso de poder.- Que consiste en utilizar la autoridad o el ejercicio del cargo que nos delega la sociedad, para perjudicar a unos o para favorecer a otros.

Conflicto de intereses.- Buscando siempre el beneficio propio en el desempeño de las funciones encomendadas, olvidando o dejando de lado las responsabilidades.

Nepotismo.- Permitiendo la incorporación a la institución de miembros de una misma familia, sin que estos reúnan los requisitos exigidos a los demás.

Soborno.- Cuando aceptamos dádivas, obsequios o cualquier beneficio como retribución a cambio de dar un trato preferencial a favor de alguien, o para dejar de hacer lo que nuestras obligaciones nos imponen, afectando intereses de otros.

Lealtad excesiva.- Encubrir u ocultar la conducta inapropiada del camarada sea superior jerárquico o subalterno, haciendo o dejando de hacer todo lo que éste le ordene, aún en contra de las normas y sus propios principios morales.

Falta de compromiso institucional.- El personal que no se compromete con los objetivos institucionales, no expone al máximo su esfuerzo en el trabajo, solo se constituye en un elemento más que se ve “involucrado” en filas, pero que jamás se “comprometerá” a ser parte del instrumento de cambio para mantener el orden, la paz y tranquilidad ciudadana.

Abuso de confianza.- Mediante la utilización de equipos, medios y materiales de la institución, sin el debido cuidado y consideración o en beneficio personal.

Incompetencia.- Desempeñar un cargo sin estar capacitado para el mismo, donde por consecuencia influye o se afecta el desempeño normal de los compañeros de trabajo, frustrando los intereses de la unidad u organización policial.

En fin, solo mencionamos algunos de los muchos problemas éticos morales, con la única finalidad de tener en mente que nuestras actuaciones requieren de un rechazo rotundo y enérgico a este tipo de actitudes negativas. Nuestras actuaciones tienen que realizarse a nombre de los intereses de la organización policial, donde el principal beneficiario sea el ciudadano en forma particular y la sociedad en general.

“La gestión pública policial debe basarse en competencias, esto es igual al desempeño de las funciones por especialidades” (R. Rojas R.)

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