Un fenómeno que cobra notoriedad en la medida que el tiempo avanza, es la organización y promoción de las “ferias de exposición” que comenzaron muy pequeñas, casi de barrio, crecieron luego en proporción descomunal y se han convertido actualmente en vitrinas o muestrarios regionales y en casos muy particulares, en referentes del crecimiento industrial nacional del país.
Por algunos datos en la retrospectiva de las ferias, una de las primeras, se organizó en Cochabamba, otra en La Paz y por supuesto Oruro no se quedó atrás y aunque con muchas limitaciones, particularmente de espacio se logró impulsar una muestra de las muchas industrias que existían en nuestro medio hace más de cinco décadas. Fue un éxito con resonancia nacional.
Los eventos feriales han evolucionado en el último tiempo y se han convertido en verdaderos instrumentos de promoción para mostrar de forma especial las bondades de la producción especializada o más ampliamente generalizada de una región. El crecimiento de estos eventos añade en el último tiempo un factor de intercambio comercial, pues productos de otros distritos y hasta de otros países pueden ser parte de las exposiciones abiertas a un público que tiene intereses particularizados o abiertos a novedades expuestas en la amplitud de sitios adecuadamente preparados.
Otro de los objetivos que tienen las ferias y en la proporción en que ahora se los utiliza se relacionan con la búsqueda de oportunidades, identificarlas y aprovecharlas a través de contactos en grandes negocios productivos que por sus condiciones facilitan sin lugar a dudas el crecimiento de muchas industrias y comercios, grandes, medianas y de los micro y pequeños emprendimientos.
Las ferias ya tomaron carta de ciudadanía y se han hecho famosas por su proporción, siempre creciente, caso de Santa Cruz, no menos interesante la de Cochabamba y en ese orden debemos incorporar a Oruro en la secuencia de las grandes ferias nacionales.
No hace mucho en esa estructura se realizó una exposición minera, con halagadores resultados.
Las ferias grandes en realidad están siendo identificadas en orden regional, por ejemplo la del oriente en Santa Cruz, la del valle en Cochabamba y la de Oruro que debería convertirse en la del occidente, para entrar en la dimensión de los grandes eventos feriales organizados en el país y que tienen su enorme repercusión en el ámbito internacional, no sólo de la región sudamericana, sino también de interés de grandes industrias de Norteamérica, Europa o Asia.
Dadas esas características los esfuerzos para impulsar la Expoteco son encomiables, pero en la estrategia ferial nacional y su perspectiva internacional se ha sugerido en ciertos niveles empresariales que tan significativo evento, tome representatividad regional y sea reconocida como la Feria del Occidente.
Este evento cobrará importancia en breve tiempo y su crecimiento obliga a preparar adecuadamente su infraestructura, mejorar el espacio y calidad de cada stand, pero al mismo tiempo disponer de un personal debidamente capacitado que cumpla los objetivos no sólo de productos en exposición, sino en condición de anfitriones y promotores de la belleza y la riqueza del occidente boliviano.
Fuente: LA PATRIA
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