Sábado 04 de octubre de 2014
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El término “chiripa” lo empleamos cuando obtenemos algo por un golpe de suerte o cuando es la casualidad la que juega a nuestro favor. Si renegamos del clima económico previo y, por simple coincidencia, nos beneficiamos de un clima benéfico actual que, encima, ha tocado a la totalidad de países productores de materias primas, no significa, de ninguna manera, que estemos haciendo el clima. El verano está con nosotros durando bastante tiempo y como nunca se había visto en la historia de la humanidad siendo la explicación bastante sencilla aunque bastante difícil de digerir y aceptar. Mientras que algunos países se benefician de los altos precios de los granos, otros lo hacen de la minería, y otros de aquellos de la energía en esta suerte de “súper-ciclo” económico como dice el Fondo Monetario Internacional. También es bueno señalar que ninguno de los beneficiarios tiene poder de mercado como para determinar los precios a nivel internacional, si tuviéramos ese poder, obviamente no estaríamos hablando de un “modelo chiripa”.
La alternativa al insustancial “modelo neoliberal” es ¿el modelo chiripa? Escribo “insustancial” pues el término “neoliberalismo” que es empleado hasta el cansancio por los ideólogos de izquierda, no representa un modelo tal como tenemos conocimiento en la ciencia económica. El mismo Friedman, al ver este manejo indiscriminado del denominativo desde el punto de vista político, empleó en su lugar “nuevo liberalismo”. Si bien los modelos pueden ser expresados en forma de prosa, actualmente se debería dar preponderancia a la representación formal de los mismos; en términos generales un modelo es una representación preferentemente matemática de situaciones reales y que se emplean para entender de mejor manera precisamente las situaciones de la vida real para la elaboración de políticas económicas y realizar previsiones para el futuro.
