Jueves 02 de octubre de 2014
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A los 97 años, Ignacio Álvarez Aliaga, uno de los últimos beneméritos de la Guerra del Chaco de Oruro, falleció debido a complicaciones en su salud. Desde ayer su cuerpo es velado, acompañado de sus familiares que lloran su partida.
Con la bandera tricolor que un día defendió, exponiendo sus medallas y condecoraciones, el cuerpo de Álvarez, permanece en el ataúd que fue colocado tras una fotografía, en la que se ve al exsoldado con un porte firme, similar al que expuso el reciente 6 de agosto, cuando participó del desfile cívico transportado en una carrosa del Regimiento de Artillería “Eliodoro Camacho”.
Reynaldo Álvarez Martínez, su hijo, dijo que la muerte de su señor padre, es una pérdida irreparable que causa bastante dolor, el mismo dolor que pasaron muchos de los hijos de beneméritos al despedir a sus padres luego de tener con ellos a tan heroico personaje defendiendo el territorio de nuestra patria, reclamando también que no fue reconocido por los gobiernos de turno.
“Él apenas percibía como benemérito y héroe de la patria una pensión mínima de 2.300 bolivianos que en realidad cuando estas personas llegan a esta edad requieren de mucho cuidado y de muchos elementos complementarios para sobrellevar su edad, entonces es injusto. Ellos deberían tener un trato totalmente especial y personas denominadas -padres de la patria- que ganan ingentes cantidades de dinero por un lado y por otro, pero que no hacen nada y si lo hacen lo hacen a medias, mientras los héroes de la patria dieron su vida, su juventud y los que regresaron tuvieron un trauma total con respecto a la guerra”, afirmó Reynaldo Álvarez.
Fuente: LA PATRIA