Viernes 26 de septiembre de 2014

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Muchas veces se trata de justificar lo injustificable, como primer aspecto: los denominados propietarios de autos indocumentados o “autos chutos”, piden legalizar lo que en nuestro país es considerado ilegal por no haber cumplido con requisitos establecidos para su internalización de acuerdo a normas legales vigentes en el territorio nacional, pero para el acceso de éstos motorizados ¿de qué manera habrían ingresado?, ¿qué habría pasado con el control en las fronteras?; sin embargo, cuando estos propietarios justifican legalizar sus vehículos argumentan que: buscaban una forma de “ganarse la vida”, también dicen que muchos tuvieron que solicitar préstamos monetarios siendo ahora deudores de un capital erogado prácticamente a fondo perdido, otros señalan que se dedicarían a trabajar en el transporte público, otros a obtener más réditos productos de la venta de los motorizados.
Segundo aspecto: el libre albedrío del uso de petardos, desfile de cualquier institución “petardo”, marchas de protesta “petardo”, fiestas, matrimonios, bautizos, prestes, a cualquier hora del día “petardos” acostumbrándose su uso en altas horas de la noche y fines de semana, combinándose su uso además con estruendosos “fuegos artificiales”, privando del real descanso al pobre ciudadano que puede ser cualquier habitante en cualquier sector y por supuesto cuya justificación es celebrar la algarabía de alguna fecha importante o la necesidad de expresar su protesta con éstos insumos por la reivindicación de algún derecho, lamentablemente la Resolución Administrativa 005/10 emitida por el Viceministerio de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambios Climáticos y de Gestión y Desarrollo Forestal, limita su alcance a algunos días del año o la prohibición del empleo en eventos deportivos a raíz de la muerte de un espectador hecho suscitado tiempo atrás, mientras continúa el uso indiscriminado de “petardos” y fuegos “artificiales”, provocando también mayor contaminación acústica y del aire, olvidándose además que el derecho de uno termina donde empiezan los derechos de los demás. Pero los vendedores de fuegos artificiales respaldan la venta de sus productos señalando que éste es su sustento diario.