Sábado 20 de septiembre de 2014
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Por un instante, reparé en la imagen de seducción con la que nos bombardean todos los medios y el marketing de todos los productos que pretenden vendernos. Flacas, espectaculares, de un cuerpo increíble, con sonrisas perfectas, cabello sedoso y piel maravillosa, así es la imagen de seducción que nos venden…Pero es así la vida, ¿somos todas perfectas e increíbles?, la juventud es eterna?, si no tenemos las medidas ideales y sufrimos de alopecia, sobrepeso, acné o cualquier cosa que no sea lo socialmente aceptado como “bello”, ¿no podremos ser atractivas?, ¿perderemos la capacidad de seducir?.
¿Es esta una de las razones porque tantas adolescentes tienen trastornos de alimentación y crisis depresivas?
Creo que debemos empezar a entender que la atracción es mucho más que solo el cuidado de la envoltura del paquete, es evidente que este será probablemente el primer gancho para lograr la atención, pero en definitiva si tu apariencia no es acompañada por el buen carácter, una buena conversación, un verdadero sentimiento de empatía por aquel con quien charlas, pronto perderán su encanto aquellas hermosas pestañas, o las lindas uñas de acrílico en que invertimos, porque no supimos que más allá del sensual escote, o los pantalones que tan bien entallan tu silueta, es importante el ser humano que hay por dentro, tal vez deberíamos reparar en cuidar más su belleza y descubrir el atractivo que todos llevamos en nuestro interior, que suele estar adormecido por todo lo que va por fuera.
Fuente: LA PATRIA
