La psicóloga responde

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Tengo 16 años, mi mamá tiene cáncer, le han detectado hace tres meses, y nos dio hace dos semanas la noticia a mí y a mi hermano de 13 años, mi papá no dice nada, yo lo veo y no sé, creo que se muestra fuerte, porque no creo que no sea sensible ante esta noticia.

Mi hermano lo tomó muy mal hace dos días que no está haciendo sus tareas y está más renegón.

Yo, en cambio, creo que lo estoy asimilando, sin embargo el hecho de hacerme la idea de que mi mamá ya no va a estar conmigo, en mi boda, como mi mejor amiga, acompañándome como lo ha hecho hasta ahora, me pone mal. El otro día me puse a llorar y no pude contenerme, mi amiga me preguntó qué me pasaba y no le dije nada. No sé qué hacer. Siento que cada vez este dolor crece más y me siento cada vez más triste. Ayúdeme por favor.

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Querida amiga:

realidad, la de su enfermedad, debes asimilarlo con calma, al ritmo que te tome a ti y también tomando en cuenta el tiempo y el cómo lo asimila el resto de tu familia, incluyendo a tu propia madre.

Es bueno ser consciente de los sentimientos y emociones que esta situación hace surgir en ti, es decir, si tienes ganas de llorar hazlo; si tienes ganas de renegar, hazlo; si te sientes confundida busca la raíz de la confusión, sin embargo lo importante es que todo este cúmulo de energía la dejes ir, sea depresión, o ira, miedo, culpa, etc.

Con respecto a tu hermanito sería bueno que converses con él para que de algún modo comprenda cuáles son las circunstancias para que tu mamita esté enferma. Y hazle saber que a ti te afecta tanto como a él. Es bueno compartir los momentos difíciles y saber que hay personas que te acompañan en el dolor y que además te aman.

Tu padre, si bien se muestra fuerte, tal vez necesita compartir con alguien lo que piensa y lo que sufre. Qué mejor que sus propios hijos para apoyarle.

Aunque no indicas cuánto tiempo se estima que va a vivir tu mamá, te aconsejo que aproveches al máximo el tiempo con ella. Puedes por ejemplo, acompañarla en algunas de sus actividades, dedicarle más tiempo tus fines de semana, etc. pero sin agobiarle con tus cuidados, recuerda que ella es quien está enferma y tiene derecho a su privacidad.

La muerte es parte de la vida, pese a esto no es fácil aceptarla, pero se puede lograr que la vida de una familia atribulada sea llevadera y más unida. Si son creyentes por ejemplo, busquen apoyarse en su fe.

Si no puedes hacerlo sola sería bueno que tú y toda tu familia asistan a una terapia familiar para lidiar con estos cambios. Acudan a un profesional para recibir ayuda y orientación.

También pueden acudir a un grupo que brinda apoyo a personas y familias con cáncer. En nuestra ciudad funciona una fundación con este objetivo.