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Los efectos de la marcha ya se empezaron a sentir en los jubilados que caminan desde Konani rumbo a la sede de gobierno, para exigir el bono anual de 3 mil bolivianos. Ayer arribaron a la localidad de Patacamaya, distante a 124 kilómetros al Sur de la ciudad de La Paz, ante la indiferencia gubernamental que no convoca a un diálogo para dar una solución al conflicto.
Pese al cansancio y a algunas enfermedades que padecen, la moral continuó intacta como lo demostraron en la víspera tras caminar 21 kilómetros desde Sica Sica hasta Patacamaya. Fue calificado el tramo más largo. El sostener el paso vivo, fue sorpresa para los mismos dirigentes de la Confederación de Rentistas y Jubilados de Bolivia, que en un instante creyeron no cumplir con el objetivo del miércoles.
Si bien el debilitamiento físico se apoderaba metro a metro, simultáneamente creció en ellos la fuerza de voluntad para seguir adelante y continuar con la demanda de lograr el bono de tres mil bolivianos.
Minutos antes de las 07:00 horas partieron de Sica Sica. A diferencia del día anterior y al margen del sol radiante, la jornada se caracterizó por tener una brisa fuerte y helada en todo el trayecto.
Algunos marchistas señalaron que fue refrescante caminar con ese temporal porque sintieron menos fatiga, mientras que otros dijeron sentir frío y como consecuencia ganaron un zumbido de oídos. Las mujeres se taparon las orejas con bufandas, chalinas y mantas, mientras que los varones recurrieron a pasamontañas y orejeras, sin embargo, los más asumieron la marcha sin protección.
LLEGADA
A un par de kilómetros antes de llegar a Patacamaya, se sumaron a la marcha un grupo de jubilados de Cochabamba, que al paso de la caravana aplaudieron y vitorearon el esfuerzo realizado por sus compañeros.
A las 12:55 horas en medio de algunas explosiones de petardos y gritos de consigna arribaron a Patacamaya. Varios habitantes de dicha localidad observaron el paso de los adultos mayores, perplejos, con admiración, con lágrimas en los ojos, con aplausos, por la valentía que demostraron al asumir un reto de esas características.
No faltó algún ciudadano que preparó una bolsa con varios panes para entregárselos a uno de los marchistas y luego sea repartida entre sus compañeros. “Realmente estos hombres y mujeres son valientes, los admiro”, dijo con lágrimas en los ojos una señora que preparó un pequeño paquete para ellos. “Si pudiera les daría todo”, añadió.
No importó el cansancio y gritaron a todo pulmón las consignas de su demanda y condenaron al Gobierno por su indiferencia. Afirmaron que la justicia se hará tarde o temprano. El más cuestionado en la marcha fue el ministro de Economía, Luis Arce Catacora, por oponerse al bono de 3 mil bolivianos.
Los marchistas llegaron a una de las plazas de Patacamaya, allí se reunieron por unos minutos a recibir instrucciones de sus dirigentes y se resolvió hasta el cierre de la presente edición, que reiniciarían la marcha a la siguiente población a las 07:00 horas de este jueves.
Tras la desconcentración, los manifestantes se dividieron por regiones y sectores, para departir en algunos casos una olla común de ají de fideo con un poco de llajua, manjar que fue apetecido merecidamente tras la marcha. Otros quedaron “fundidos” y se echaron en el pasto de la plaza. Los demás sectores se fueron a los establecimientos asignados para pasar la noche.
POLICÍA
Los uniformados policiales del Comando Departamental de La Paz, jugaron el rol de protección de los marchistas, no solo al ir al lado de ellos para evitar accidentes en la carretera, sino para auxiliarlos en caso de necesidad.
Fuente: Patacamaya.- LA PATRIA