Los países integrantes de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) admitieron de manera oficial que la quinua, el cereal conocido también como el “grano de oro” tiene origen cien por ciento boliviano. Se establece además que la zona particularizada para su producción es el altiplano consignando a los distritos de Oruro y Potosí, como los centros donde se ubica la mayor cantidad de hectáreas para producir la quinua real.
Los países que forman la CAN, como Colombia, Ecuador y Perú, reconocieron de manera oficial que el “cereal (quinua) es de origen exclusivamente boliviano” lo que está plasmado en un documento que tiene su importancia, como resultado de las gestiones bolivianas que se cumplieron el año 2013 declarado como “Año Internacional de la Quinua” precisamente para recuperar ante algunas versiones externas y establecer definitivamente el arraigo de la quinua en su procedencia natural que corresponde a la tradicional zona del altiplano occidental de Bolivia.
Perú y Ecuador también producen quinua, pero lo hacen en menor cuantía frente a la producción boliviana. En otras latitudes del mundo, caso de Estados Unidos y algunos países de Europa y Asia inclusive, se han hecho intentos de producir quinua, una planta que por sus características es propia de zonas altas y frías pero que se ha trasplantado en terrenos más o menos parecidos a su originaria naturaleza sin dar los resultados que presenta el maravilloso “grano de oro”, especialmente en materia de nutrientes, sabor y calidad para el consumo humano.
La demanda del producto a nivel internacional ha crecido descomunalmente en los últimos años, tanto así que ha resultado dificultoso atenderla, por lo que productores y comercializadores del cereal se han visto obligados a extremar esfuerzos para crear las condiciones necesarias de producción y un mejoramiento de su proceso industrial y posterior exportación en condiciones que satisfaga el incremento de su consumo en mercados extranjeros.
A partir de la promoción en el año internacional de la quinua se ha dispuesto un apoyo especial de orden gubernamental para fomentar su producción, elaboración e industrialización cumpliendo normas específicas para la exportación de productos alimenticios.
Un esfuerzo especial de agricultores por un lado y de comercializadores por el otro ha permitido ciertas inversiones particulares para desarrollar proyectos innovadores dirigidos a crear equipos o maquinaria rudimentaria primero y tecnificada más adelante para desarrollar el tratamiento de limpieza del cereal y como ya sucede en la actualidad ingresando a la fase de su industrialización y empaque como corresponde a un producto de exportación con calidad y garantía. Estos últimos aspectos son los que necesitan incentivos de orden financiero para alcanzar los objetivos de presentar la quinua como corresponde a una producción competitiva y en constante crecimiento.
La certificación de la CAN, asegura el reconocimiento del producto boliviano y se espera que otros organismos en Europa y EE.UU. o directamente los grandes importadores de este producto, se sumen a la confirmación sobre el origen de la quinua real, lo que dará mayor valor al sello de garantía que orgullosamente debe indicar “Producto originario de Bolivia”.
Hay todavía mucho por hacer con relación a los cultivos de quinua, su proceso de mejoramiento para industrializarla y su masiva comercialización a los mercados externos, no sin antes intensificar una obligada campaña para incrementar el consumo interno del grano de oro, un nutriente que debe mejorar la dieta alimentaria de nuestra población.
Fuente: LA PATRIA
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