El desarrollo de la situación política en Ucrania, es la lucha entre dos grupos del gran capital comprador, cuyos intereses los representan el partido de las regiones por un lado, y los partidos que estaban en la oposición “Batkivschina” (Patria) “Udar” (Golpe) de V. Klichko, la ”Libertad” neonazi, por el otro. El resultado político, de la política socio-económica y exterior oficial – con un total desprecio a los intereses de las amplias masas populares-, deterioro peligroso de las relaciones entre Ucrania y Rusia, la caída catastrófica de la confianza popular de la población hacia las instituciones del poder público, campea la corrupción. La economía de Ucrania ha enfrentado el peligro del default. Ucrania se ve amenazada por la división del pueblo.
El estallido del descontento popular, lo aprovecharon las fuerzas opositoras prooccidentales que intentan imponer la ideología nazi a todo el país. Tras la caída del Tercer Reich, Europa se enfrentó por primera vez a un pérfido intento de reanimar el fascismo en Ucrania, esta tragedia está inspirada por potencias occidentales. El renacimiento del neonacismo en Ucrania pone al descubierto el status neocolonial de ese país en el sistema global moderno con la convivencia directa de Estados Unidos. La expansión del extremismo de derecha en Ucrania, tendencia a la fascistización de Europa, la crisis del capitalismo, amenaza la democracia a nivel mundial.
Los EE. UU. y la OTAN, confrontación entre occidente por un lado y Rusia, por el otro, intentan quebrantar el equilibrio geoestratégico existente en Europa. Estados Unidos respalda la política de la UE de la incorporación de Ucrania en su sistema económico y comercial. Incorporar a Ucrania a la OTAN y convertir en una plaza de armas antirrusa. La historia de las relaciones entre Rusia y Crimea data de más de 250 años. Crimea siempre era parte de Rusia.
La situación económica-social de Ucrania es grave, hacer frente a pagos que se vencen y la caja fiscal carece de medios para afrontarlos. De incumplir con dichos compromisos estaría en cesación de pagos (default) en términos financieros, para desesperación de los bancos occidentales, a quienes causaría serias dificultades. La única manera de impedirlo, es que los patrocinadores del gobierno instalado en Kiev extiendan préstamos que sean de elevada magnitud, con millones de euros, las propuestas de las naciones occidentales ofrecen de 610 millones de euros a 1.000 millones de euros, lo que no será una realidad porque no están en posibilidades por la crisis económica que atraviesa Europa.
Esta crisis económica que atraviesa Ucrania, ha provocado un conflicto interno, la división del pueblo, se ha convocado a elecciones democráticas en las que fue elegido Petró Poroshenko como presidente, a pesar de esta elección continúa el enfrentamiento entre los soldados ucranianos y los separatistas prorrusos apoyados por Rusia.
Por arrogancia, los políticos estadounidenses, no se detienen en pensar que Rusia no ha sido vencida militarmente, que tiene alianza con China y que posee armamento de destrucción masiva y según se dice que puede destruir en una hora a EE.UU., EU, Japón e Israel.
Occidente quiere “encerrar al oso ruso”, objetivos políticos, económicos y militares, imponer las recetas neoliberales del Fondo Monetario Internacional en Ucrania, apoderarse de sus tierras, del gas y petróleo, expulsar a los rusos, que luego les permitiera incursionar al Mar Negro, al Mediterráneo y otros espacios marítimos, todo esto es una amenaza a la paz mundial. La UE, EE.UU. y la OTAN, al intervenir en asuntos internos de Ucrania, estaría al borde de una guerra mundial nuclear, que afectaría a la civilización humana.
Las fuerzas ucranianas y los separatistas prorrusos están generando inestabilidad política y social, provocando que mucha gente inocente indefensa muriera. Y los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) están aprobando la intervención para disuadir a Rusia y evitar que continúe el conflicto en Ucrania. Se manifiesta una tregua por los dos bandos enfrentados en Ucrania, que debe ser apoyado por organismos internacionales que buscan la paz en Asia.
A la crisis social, económica que se manifiesta en Ucrania y Crimea, ante las amenazas de intervención militar de la OTAN; la ONU, EE.UU., Unión Europea y Rusia, deben abrir un diálogo para proyectar una solución efectiva de la crisis política y económica de estos países, y evitar cualquier conflicto bélico que puede dañar la vida pacífica y democrática del mundo.
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