El asunto de fronteras entre Perú y Chile que se rige ahora por una decisión de la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ), ha generado alguna reacción en el Gobierno de la Moneda que ha considerado como una provocación la definición de su par peruano que anunció la demarcación y delimitación definitiva de su frontera con Chile.
La Presidente del Consejo de Ministros del Perú, Ana Jara, encargada de las relaciones internacionales de su país, informó al Congreso peruano que con la publicación de la Carta del Límite Exterior del Dominio Marítimo Peruano (sector sur), se graficó “de manera clara y precisa lo contemplado en el fallo de La Haya sobre el espacio marítimo que posee el Perú”.
El documento presentado por el presidente Ollanta Humala aclara el punto de inicio de la frontera marítima, así como el punto Concordia que para el Perú es el inicio de la frontera terrestre, entre su país y Chile.
La reacción de Chile a través de una resolución de su Congreso aprobó un acuerdo por el cual “rechaza la actitud provocadora del Perú, que dificulta gravemente la construcción de una verdadera y amplia integración”. Chile comienza a utilizar, aunque a su modo, el importante factor de integración.
Como se puede apreciar, y pese a su implícita aceptación por parte de los dos países que acudieron a la CIJ respecto a un fallo en su conflicto de límites y cuando el Perú decide optimizar el sentido de la resolución de La Haya, la situación se enturbia con una posición unilateral que según expertos en la diplomacia internacional resulta fuera de contexto y puede desencadenar “reacciones en cascada”, al interior del mismo Chile y con justificada razón en la zona fronteriza del Perú.
Ahora bien en el ámbito nacional se mantiene invariable la posición de mantener en la CIJ la demanda boliviana, que en ningún caso reclama la modificación de fronteras como pretende hacer ver Chile dentro de su interés por distorsionar una realidad que Bolivia divulgará a través de su emisario especial, en varios países y foros internacionales.
Bolivia no pierde el tiempo ni el sentido de su posición para alcanzar su objetivo de recuperar su territorio y costa marítima usurpados por una guerra injusta. Lo hace mediante el uso de los recursos diplomáticos más accesibles a motivar una conciencia de solidaridad y justicia en Chile, donde su canciller habló recientemente de “integración”, uno de los fines y objetivos que siempre propugnó Bolivia para consolidar la unidad de los pueblos suramericanos que no pueden confrontar litigios fronterizos que alteran la hermandad, solidaridad, armonía y pacífica convivencia entre naciones hermanas que tienen un común objetivo, el de independizar y fortalecer una sola economía regional, fuerte y sólidamente activa para encarar su desarrollo sostenible.
Bolivia buscará ampliar sus relaciones exteriores y restablecer las que estuviesen suspendidas, caso de EE.UU. y un mejoramiento del diálogo político con Brasil, como parte de una estrategia que fortalezca los buenos propósitos de la política diplomática boliviana para retornar a las costas del Pacífico y recuperar su derecho marítimo para enfrentar el reto del progreso en condiciones de plena justicia.
La reacción chilena frente a una decisión del Perú en base a un fallo de la CIJ, pone en duda la intención integracionista de Chile.
Fuente: LA PATRIA
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