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Domingo 07 de septiembre de 2014

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Revista Dominical

De huérfano a leyenda

Filippo

07 sep 2014

Fuente: LA PATRIA

Él queda como una de las últimas evidencias del “verdadero” sindicalismo boliviano • Por: Dehymar Antezana - Periodista LA PATRIA

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Vemos la libreta varias veces y aunque parezca gracioso, es complicado recordar todos los nombres de las mascotas del que alguna vez se llamó “Lucho” entre 1973 y 1976 para protegerse durante la dictadura de Hugo Bánzer, militar nefasto en la historia de Bolivia, como muchos que hubo.

Era interesante ver, cómo el “huerfanito” que caminaba de niño con los mocos colgando por las calles de Uncía, apareció en medio de su jardín con una olla gigantesca de comida, para alimentar a sus tres amigos incondicionales y que de su mano coman los manjares del día, preparados exclusivamente por el exsindicalista.

Manos ajadas por el paso del tiempo, pero que denotaban firmeza, como la decisión que tomó al lado de otros dirigentes mineros en 1986 durante la “Marcha por la vida”, para evitar un derramamiento de sangre en Calamarca, que hubiese costado la vida de cientos de bolivianos, porque al Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) no le temblaba la mano para usar la fuerza, tal cual hizo en 1952, 1956 y 1960, al tener bajo su control, varios campos de concentración, entre ellos, uno instalado en Curahuara de Carangas, episodio borrado de un “plumazo” de la historia oficial de Bolivia.

Con su acostumbrada cachucha que reemplazó al guardatojo que usó por años en la mina y durante las grandes luchas revolucionarias, construyó una imagen de un personaje épico, apodado por los que no lo conocen como “el loco”, quizá por su forma de ser, quien eleva la voz tras una explicación placentera para defenestrar al actual Gobierno ó hacer entender una idea “con sangre”, antes que se pierda en el firmamento, sin dejar de lado, su ya acostumbrado “oye” pronunciado claramente y con una voz gruesa envidiable.

EL HOMBRE

Sin embargo, en el fondo un ser humano como todos, con la particularidad de jugar con la psicología de las personas, para que lo respeten, no por sus canas, sino por su formación icónica de hombre valeroso, con un vasto conocimiento de conceptos ideológicos políticos, sindicales y también de la actual situación del país.

Es decir, es una biblioteca andante que en sus neuronas están almacenadas uno a uno los archivos de cada libro que leyó con lujo de detalles, desde los más radicales que lo formaron como político y sindicalista en el centro cultural “Los jóvenes del Máximo Gorky” que tenía en la mina, mediante las ideas de Lenin o Trotsky, por no citar a muchos otros, con su paso por la literatura clásica, con los bellos pasajes de “Romeo y Julieta” de William Shakespeare; poesía pura de Pablo Neruda, César Vallejo o el mismísimo, Federico García Lorca, hasta el “Manifiesto Comunista”, “La Tesis de Pulacayo” o la “Revolución Boliviana” del fundador del Partido Obrero Revolucionario (POR), Guillermo Lora.

Sin dejar de lado, la historia de Bolivia, pero “de la buena” con libros que develaron el futuro de lo que sucedería más adelante y que los actuales gobernantes lo copiaron sin tapujos, para decir que ellos son los ideólogos de un proceso que se lo inventó en la época pre republicana o durante la República con Zárate Willka, que anticiparon sin lugar a dudas la otra nación boliviana, la de los aymaras, quechuas y guaraníes.

Sin embargo, cuatro libros son los favoritos que se destacan en la casa de Filippo y revelan el conocimiento del país, para ratificar que la pólvora no se la inventó ahora: “La dramática insurgencia de Bolivia” e “Historiografía colonial y moderna de Bolivia” ambos de Charles Arnade, “Zárate El Temible Willka: Historia de la Rebelión Indígena” de Ramiro Condarco Morales, “Creación de la pedagogía nacional” de Franz Tamayo” y como “yapita” el “Macizo boliviano” de Jaime Mendoza.

Mientras alimentaba a sus amigos, vino a mi mente ese pequeño pasaje que describe en su libro: “De la Revolución al Pachakuti” cuando en dos fechas significativas perdió a dos seres que admiró y amó con respeto: Su madre, doña Celia Escobar, quien falleció con cáncer de mama el 21 de julio de 1947, trece años después de darle la vida y el padre de los huérfanos del “Méndez Arcos”, el general Gualberto Villarroel, cuyo “espíritu” sin vida fue colgado en uno de los faros de la Plaza Murillo de La Paz, el 21 de julio de 1946.

Fueron los huérfanos más grandes del hogar que descolgaron su cuerpo, pero que por escaparse del orfanatorio para ese fin, pagaron con creces su osadía, por designios de un régimen dictatorial que comandó ese lugar, tras la muerte de su benefactor, quien dio su vida, por los varios hijos que “adoptó” con cariño y a quienes les construyó, inclusive, una piscina.

LA BIBLIOTECA

Uno de los sitios más especiales de la casa de Filippo, es la biblioteca, allí se encuentran cientos de libros que a la fecha, muchos no se consiguen ni rogando al cielo, pero también existen documentos valiosos como los del Territorio Indígena del Parque Nacional “Isiboro Sécure” (Tipnis) de 1990, cuando él gestó la primera marcha indígena y la bautizó: “Por el territorio y la dignidad”.

Desde ese entonces está ligado a ellos, los indígenas del sector amazónico. Su participación fue por un designio divino, tras ser enviado por el entonces dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB), Simón Reyes.

Inquieto en su reducto, como lo fue toda su vida, no solo en la mina sino en todos los procesos que pasó a lo largo de la historia del país, entre ellos, convertido en preso político en 1961 y confinado a orillas del río Ichilo (Puerto Villarroel), donde aprendió a cocinar. No fue la única vez que lo confinaron, también ocurrió en 1967 desde febrero hasta diciembre de ese año en Puerto Rico, luego encerrado en el panóptico de San Pedro desde diciembre de 1967 hasta diciembre de 1968.

Acusado junto a otros dirigentes mineros de promover la “Masacre de San Juan”, cuando ellos estaban en pleno encierro. En la década del 80 del siglo pasado, mereció el mismo castigo, por el simple hecho de pensar diferente al régimen, fue torturado, encerrado y después exiliado, que según el sindicalista, es también una tortura el exilio, por estar separado de la familia y del país en que uno nació.

La fortaleza de Filippo, al margen de sus conocimientos o su valentía de lucha, es doña Olga Vásquez, su esposa, mujer calificada por él mismo como “heroína”, a quien la conoció en la mina y la enamoró en La Paz, para consolidar su unión casándose en el interior de la cárcel de San Pedro. El amor entre ellos en medio de sus luchas sindicales dio como resultado a tres retoños, ahora todos mayores, Alexia, César y Natalia.

El aprendizaje de Filippo siempre tuvo una consigna “el respeto entre blancos e indígenas”, así que en 1982 decide ir como candidato a la Vicepresidencia de Bolivia junto a Genaro Flores, líder campesino bajo las siglas del Movimiento Revolucionario Túpac Katari de Liberación (MRTKL).

LA COCA DE DOS CARAS

Su pasado político y sindical, hicieron que para las elecciones del próximo 12 de octubre acepte la candidatura del Partido Verde (PV) por una circunscripción de la ciudad de Cochabamba.

“Para que entre el (Sergio) Almaráz como senador, necesitamos 50 mil votitos y eso podemos sacar de la ciudad, si el Almaráz es elegido senador por Cochabamba y yo diputado por Cochabamba, los dos en dos meses, se va el Evo a su casa, c….., porque él (Almaráz) es buen orador y yo también. Ese es nuestro propósito y luego el cambio ideológico”, afirmó.

Tras la relocalización de los mineros en 1985, que fue marcado además por el famoso decreto 21060, muchos emigraron al trópico de Cochabamba, para la producción de coca, sin embargo, aquel hecho fue motivo para que el Gobierno de Víctor Paz, erradique la coca, pero no solo a través de la acción militar, sino mediante la Ley 1008.

Los constantes abusos del poder militar, policial y gubernamental, hizo posible la organización de las seis federaciones del Chapare. A un principio con la idea de formar guerrillas, sin embargo, los exdirigentes de la COB hicieron un trabajo ideológico, para cambiar el poder de las armas por el de las urnas y Escobar fue uno de los ideólogos, quien en jornadas realizadas por años, dio seminarios a los cocaleros, para su formación política, que más tarde sería mal pagada.

Es así que en el VII Congreso de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb) nace la idea de crear un Instrumento Político, que bajo la sigla del Movimiento Al Socialismo, Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) comienza a ganar espacios en la arena política nacional con la finalidad de “sacar” a los denominados partidos neoliberales.

El primer candidato a la Presidencia fue Alejo Veliz, ante la negativa de Evo Morales, quien se negó a ese propósito, por dudar de su suerte.

Pese a todo, el MAS siguió batallando hasta llegar al Parlamento, tras conquistar en principio todos los municipios del Chapare como lo había anticipado Filemón. Sin embargo, una detonante ocurrió el 2002, cuando Filippo candidato a senador por el MAS es apresado por declaraciones duras en contra del Gobierno de ese entonces, dirigido por Jorge “Tuto” Quiroga.

En esa oportunidad, Evo Morales, parlamentario expulsado del Congreso, por hacer campaña por el cato de coca, dijo que el Gobierno y los partidos tradicionales actúan contra el MAS por temor a perder las elecciones. Lo que ahora hace Evo con sus contrincantes políticos.

La hoja de coca de “dos caras” se rompe entre Evo y Filippo, cuando el exdirigente sindical le consigue candidato vicepresidencial, que era el hijo de Marcelo Quiroga Santa Cruz, José Antonio. Tras la confirmación, todos felices para encaminar la victoria en las urnas, sin embargo, horas después José Antonio renuncia a la idea.

Para Evo Morales, aquel hecho es un acto de traición no del candidato vicepresidenciable, sino de su candidato a senador por Cochabamba, Filemón Escobar, quien no encuentra explicación en la actitud de Evo que lo defenestra cuando puede.

Filippo reconoce que con la renuncia de José Antonio, se cometió un error, porque se abrió las puertas de par en par a la “izquierda tradicional” que al igual que el capitalismo, su único propósito es “dominar la naturaleza”.

Argumenta que, esa izquierda que se adueñó del pensamiento del Instrumento Político, nunca alcanzó a entender lo que es la complementariedad de opuestos. Ese pensamiento indígena se resume: “La comunidad empieza donde el intercambio termina”.

En mayo del 2004, Filemón Escobar es expulsado en un ampliado por Evo Morales, con el argumento de ser agente de la CIA, por haber negociado 400 mil dólares a cambio de dejar pasar con su ausencia y de otros senadores del MAS, la ley sobre inmunidad para los militares norteamericanos.

Filippo respondió públicamente que el MAS debería pasar a propiedad de la COB, además dijo textualmente a Los Tiempos de Cochabamba: “Líder que es mentiroso, deja de ser líder” y añade más adelante: “Como el muchacho es odiador, no piensa, no medita las cosas; tira cualquier cosa por ahí. Siempre lo he hecho así. Yo he tenido que taparle la boca mil veces, para que el MAS no aparezca como un partido que se tuerce de izquierda a derecha”.

Aquellos hechos según Escobar, hirieron de muerte, no a Filippo, sino al propio MAS, ya que los principios planteados, habían sido traicionado con mentiras.

Uno de esos tantos ejemplos, es que en el 2005, según recuerda Filippo, Evo Morales planteó reponer, con el incremento en el precio de los minerales, la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) y contratar a todos los cooperativistas como trabajadores de esta entidad del Estado.

“No han hecho eso, han ratificado la entrega de las minas a los cooperativistas, como lo ha hecho Sánchez de Lozada, qué jodido, esa es la razón por lo que en diez años 800 a nombre de 60 mil cooperativistas se vuelven millonarios y no han abierto un solo hospital en las minas, no han abierto una sola escuela, no hay una sola enfermera o médico. Oye, y con semejante precio de los minerales, el nivel de vida, la calidad de vida de Oruro y Potosí, debería haber superado a Santa Cruz y La Paz”, señaló.

Mientras hablaba, agarró su bolsa nylon verde en cuyo interior sacó una hoja de coca y dijo el 2002 a sus compañeros del Chapare: “Con esta hoja de coca, Evo va llegar al Gobierno el 2005. Cuando le estén entregando la Banda Presidencial al compañero Evo, será gracias a la hoja de coca, ustedes por conciencia política erradican toda la hoja de coca del trópico, porque cuidado que la hoja de coca te corte el pescuezo, así le he dicho al Evo. El tipo se paró lagrimeando y aceptó esa línea política”.

Añade y afirma que ahora hay más de 30 mil hectáreas de hoja de coca en el trópico, lo que origina que el narcotráfico vaya creciendo en el país.

La tertulia, minuto que pasaba se hacía más emocionante al conocer detalles de la coyuntura boliviana que a la fecha se ve como “si el cielo estaría nublado”.

Filippo no se cansó de hablar y siguió dando lecciones revolucionarias de cómo direccionar este proceso político, pero fundamentalmente dijo, que solo con la lectura se podría alcanzar ese propósito. No por algo, el libro que dedicó para leerlo dice textualmente: “Serás un amigo, en la medida que leas y leas, tu amigo Filippo”.

Al terminar la charla de más de dos horas, salimos de la casa en su compañía y como enseñados, al margen de doña Olga, nos despidieron amigablemente, Oso, Sulky y Nube, los amigos de los cuales al principio, no recordamos sus nombres, por ser varios para memorizarlos de “una”.

Nota.- Basado en el diálogo con Filemón Escobar el 21 de agosto de 2014 y combinado con varios pasajes de su libro: “De la Revolución al Pachakuti” editado en abril de 2008.

Fuente: LA PATRIA
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