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Sábado 06 de septiembre de 2014

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Paciencia

06 sep 2014

Por El Alquimista

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A continuación compartimos con Ud., amable lector, un ensayo escrito sobre la Paciencia en forma muy sabia e inspirada por un maestro contemporáneo:

“Compañera eres del devoto del Real Camino. Tú encierras herméticamente dos cosas: Paz y Ciencia. Si no hay Paz dentro de nosotros, hay turbación. Donde existe turbación hay caos y donde hay caos reina la ignorancia. De la ignorancia brota el gusano del atrevimiento malsano. De la paz brotan las hermosas flores de la genialidad.

Eres la madre de todos los logros, materiales y espirituales. Refugio eres en la desesperanza y consuelo en el desconcierto. ¡En Paciencia poseeréis vuestras almas!, afirmó el gran Kabir Jesús. En toda batalla eres la clave del buen soldado. En todo fracaso has brillado por tu ausencia. Pistis Sophia no puede abandonar el caos sin entregarse a tus brazos. No existe mejor consejera que tú en medio de la tribulación. Eres la guía que nos lleva siempre al fondo de todo misterio. Por tu mediación llegamos finalmente a recibir el auxilio cuando todas las puertas se nos han cerrado. Eres la fuerza fuerte de toda fuerza. Ante ti se desmoronan los falsos profetas y los falsos credos.

Tú eres la perla que adorna la corona del Señor y el don divino que envuelve a los escogidos. Maná delicioso vienes a ser en el estómago de los afligidos. El Señor Interior nos prueba la fidelidad a su reino usándote a ti como reclamo. ¡Todos los hombres recomiendan Paciencia, aunque muy pocos están dispuestos a practicarla!, afirmó Kempis. Goethe exclamó: ¡El arte y la ciencia no bastan, sino que es además, indispensable la paciencia!

El insulso lo quiere todo ya, ahora mismo. El paciente saborea cada momento mientras llega el instante de obtener lo que busca.

La Paciencia es hermana de la Prudencia. Los imprudentes irrespetan todo principio y toda regla. Los pacientes veneran la prudencia porque les sirve de muleta. Job nos enseñó con su Paciencia la forma de adiestrar los músculos del espíritu.

Flaqueza y fatuidad son los alimentos de los impuros que se doblegan ante la Impaciencia. Los impacientes exigen siempre a los demás lo que ellos nunca han llegado a cultivar, esto es: la Perseverancia. La Paciencia es un árbol frondoso de raíces muy profundas. La Impaciencia es una hierba venenosa en medio del huerto de nuestras vidas. El árbol frondoso nos da paz, descanso y sosiego. La hierba venenosa, aunque revista alguna belleza, no deja de matar.

Con Paciencia hemos de recorrer el Camino Secreto. Con la Impaciencia nos perdemos en sus recovecos. La Paciencia es el cofre que encierra las gemas del espíritu. La Impaciencia es el viento furioso y desatado que todo lo destruye. Seamos PACIENTES, amados hermanos, y venceremos al enemigo invisible de la Incertidumbre y del Desasosiego.

El corazón del virtuoso está alimentado de Paciencia. El corazón del pecador rebosa de violencia.

La Paciencia es la madre de todas las ciencias, nos han dicho. La Impaciencia es la silla siniestra de los maquiavelistas.

Finalmente os digo, con las sagradas escrituras: ¡Porfiad a entrar (con paciencia) en el reino del Señor, porque de cierto os digo que muchos lo intentarán y tan solo unos pocos lo conseguirán!”

Por V.M. Kwen Khan.

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