Debatir para no mentir

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

En todos los procesos electorales, brillaban o mejor predominaba la variedad de propuestas políticas que llegaban al electorado a través de los medios de comunicación, en todas sus formas, pero también mediante debates abiertos para confrontar ideologías, proponer, discrepar, y defender programas, de modo que la ciudadanía tenga la opción de escoger la mejor propuesta, al presente no ocurre lo mismo.

En este proceso electoral con muy contados días para la promoción partidaria y con una serie de restricciones a la difusión de programas, no precisamente de todos los candidatos, si de la mayoría, un alto porcentaje de votantes que se define como indeciso, está esperado conocer de manera directa las ofertas de los candidatos, por encima de preferencias de color o ciertas ideologías que en algunos casos están más bien por debajo de enunciados puramente líricos y muy lejanos de la realidad, por lo mismo difícilmente admitidos por los pensantes.

Si bien hay planteamientos de tipo general para movilizar el aparato minero, lo que se entiende es que la visión estaría dirigida a los macro proyectos, caso del hierro del Mutún en Santa Cruz o el litio y las baterías en los salares de Uyuni y Coipasa, dejando con interrogantes muy profundas los alcances de un proyecto decisivo de prospección y exploración minera, en la jurisdicción de Oruro, donde se sabe de la existencia de interesantes yacimientos que deben ser confirmados y cuantificados.

Hay necesidad de exigir a los candidatos políticos una explicación muy clara y concreta sobre los planes en minería, tomando en cuenta que Oruro a partir de la aprobación del proceso de su autonomía deberá regirse económicamente con el uso racional de su riqueza natural y el rubro minero, es el que muestra mayores bondades y futuros beneficios.

Los orureños necesitan saber cuáles serán las alternativas para encarar los proyectos de desarrollo departamental, bajo qué sustento financiero y en qué condiciones de viabilidad, sin sujetarse a la dependencia centralista, pero al mismo tiempo con proyección pragmática de cumplir objetivos precisos y alcanzar metas de crecimiento cuantitativo utilizando nuestros recursos.

Los políticos deberían tener una figura clara de lo que significa en Oruro el proceso minero – metalúrgico, tomando en cuenta la producción del sector estatal, el crecimiento de ese rubro con mayor exploración, con la puesta en marcha de otro ingenio (Huanuni) y un horno nuevo en Vinto, pero además creando incentivos para el desarrollo de emprendimientos de la minería privada deseosa de invertir, con las seguridades que podrá garantizar la vigencia de una ley, apropiada al fomento de la minería nacional.

Bajo estas circunstancias y en el corto tiempo que queda para la definición electoral, es necesario insistir a los políticos debatir sobre estos temas de coyuntura, como el de Oruro y la explotación de su riqueza minera.

Fuente: LA PATRIA